La inactividad física tiene costes económicos y personales de grandes dimensiones. Para aumentar la cantidad de actividad física diaria se buscan todo tipo de estrategias, como los incentivos en el trabajo por moverse más. Lo que puede parecer un gasto para la empresa se convierte en una inversión por menores tasas de bajas laborales, además de una mayor productividad.
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La actividad física (AF) insuficiente aumenta el riesgo de más de 100 enfermedades crónicas. Los costos de atención médica asociados pueden alcanzar los 300 mil millones de dólares estadounidenses a nivel mundial para 2030. Aún así, la inactividad física sigue siendo un patrón común a lo largo del mundo industrializado.
La economía del comportamiento muestra que ponemos más énfasis en las decisiones con beneficios inmediatos que aquellas que tienen beneficios a largo plazo. Tomar un ultraprocesado no supondrá un efecto secundario inmediato, pero sí a largo plazo si lo hacemos frecuentemente, por ese motivo no le prestamos tanta atención.
Sucede lo mismo con el ejercicio físico que sabemos que es beneficioso para la salud, pero si no tenemos enfermedad ni una edad avanzada lo dejamos pasar. Sin embargo, ¿qué haríamos si por hacer ejercicio nuestra empresa nos paga más cada mes o nos da más vacaciones?
Una nueva publicación de la revista Preventive Medicine ha analizado la evidencia de los incentivos del trabajo por hacer actividad física. Sus hallazgos revelan que esos incentivos económicos o en forma de beneficios en el trabajo por hacer actividad física aumentaban el número de pasos, la asistencia al gimnasio, etc.
A su vez, la empresa obtiene también beneficios de esta práctica, como una mejora de la salud física y mental de sus trabajadores, aumento de productividad, fomento del trabajo en equipo y reducción del absentismo laboral. Por lo tanto, como se dice en márquetin, es un win-win en toda regla porque ambas partes se ven beneficiadas.
La forma de incentivar a los trabajadores a que se muevan más es pagar membresías en el gimnasio, promover el transporte activo con beneficios en el trabajo o implementar pausas activas dentro de la jornada laboral. Si la empresa es de gran nivel, puede incluso tener un gimnasio dentro de su edificio donde se reúna el personal a entrenar.
Hay tantas formas de incentivar la práctica deportiva como se te ocurra, desde un aumento porcentual del sueldo si el trabajador demuestra que va en bici al trabajo o asiste al gimnasio, hasta dar más horas libres o vacaciones. En definitiva, la actividad física es beneficiosa para la empresa y para sus trabajadores.
Referencias
Babac Salmani, Harry Prapavessis, Leigh M. Vanderloo, Marc S. Mitchell,
Financial incentives for physical activity in adults: Systematic review and meta-analysis update, Preventive Medicine, Volume 192, 2025,
108237, ISSN 0091-7435, https://doi.org/10.1016/j.ypmed.2025.108237.
Imágenes | Freepik, Peoplecreations (Freepik)
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