Existe la creencia cultural de que el alcohol puede ser una buena herramienta para dormirnos antes y mejor, sin embargo, la copita antes de dormir para conciliar el sueño tiene un precio muy alto, y va más allá de las calorías vacías.
Aunque el alcohol puede deprimir parcialmente nuestro sistema nervioso y por ello tiene el supuesto beneficio de actuar como un sedante para nuestro organismo, no debemos olvidar que puede afectar negativamente el funcionamiento de múltiples órganos y los estudios confirman que beber alcohol para dormir es una muy mala idea.
Creencias erróneas y sus efectos en la salud
Durante mucho tiempo se creyó que la idea de beber con moderación era más saludable que no ingerir ningún tipo de alcohol, de hecho se decía que una copita de vino al día podía ser especialmente beneficioso para la salud del corazón.
Esta creencia que surgió debido a que el vino tinto es fuente de polifenoles con acción antinflamatoria y antioxidante en nuestro cuerpo, y especialmente ofrece resveratrol que tiene efectos positivos en el organismo humano, ha sido totalmente desmentida la idea de que el alcohol es beneficioso, ya que ni aún en mínimas dosis el consumo de alcohol es seguro e inocuo.
Ian Colrain, presidente y director de un instituto de investigación que ha publicado varios estudios sobre el insomnio y el consumo de alcohol antes de dormir ha declarado a National Geographic que todo ha cambiado gracias a las investigaciones y apuntó que no hay beneficios reales para la salud en beber alcohol, y eso incluye también combatir el insomnio.

El insomnio es un problema que afecta a millones de personas en todo el mundo y la idea que tenemos de dormir bien está relacionada con "dormir del tirón", cuando la realidad es que podemos estar entrando y saliendo de las diferentes etapas del sueño e incluso despertarnos varias veces durante la noche sin que nos demos cuenta, siendo esto un descanso de escasa calidad.
Aunque conciliar el sueño continua siendo un problema y un incordio para muchas personas, y son varios los adultos que buscan remediarlo con un trago antes de dormir, está demostrado que el café, el alcohol y el tabaco son nuestros enemigos al momento de lograr un sueño de calidad, pues el alcohol en concreto se asocia a muchos despertares nocturnos.
Colrain argumentó que aunque a muchos les parece una buena idea tomar una copa antes de acostarse, el precio a pagar es una peor calidad del descanso.
Aunque beber una o dos copas antes de dormir puede tener un efecto sedante en nuestro organismo lo cual ayuda a conciliar el sueño, la realidad es que con el consumo de alcohol no se logra un descanso verdaderamente reparador en el cual se proporciona una especie de vacaciones al corazón, sino que con el consumo de alcohol el ritmo cardíaco se eleva, y una frecuencia cardíaca elevada puede entorpecer nuestro descanso.
En un estudio publicado en 2021, Colrain y su equipo comparó los efectos del consumo alto, bajo y nulo de alcohol desde media hora hasta dos horas antes de acostarse. Alto suponía cuatro bebidas para los hombres y tres para las mujeres, y bajo eran dos bebidas para hombres y una para mujeres, mientras que el grupo que tomo placebo ingirió vino sin alcohol.
Lo que se demostró fue que tanto el consumo alto como el bajo de alcohol aumentaron la frecuencia cardíaca.
Otros estudios se han centrado en el sueño REM demostrando que es la fase en la que se producen la mayoría de los sueños y una parte fundamental del logro de un descanso reparador o unas "mini vacaciones" para el organismo, por lo que si ese sueño no se cumple nos despertaremos peor.
Investigadores y médicos han argumentado que en los últimos años no hay pruebas de que cualquier cantidad de alcohol ayude a mejorar la calidad de sueño, sino que han descubierto que si bien unas copas pueden ayudar a dormir más profundamente en un inicio debido al efecto sedante antes mencionado, los ciclos de sueño se ven constantemente interrumpidos durante la noche, por lo cual se concluye que el alcohol o esa copita de vino antes de acostarnos, puede traducirse en dormir peor.

Es decir que a la larga el alcohol produce precisamente el efecto contrario al que buscamos.
Evidentemente, la solución a la incapacidad de conciliar el sueño o a nuestro insomnio no está en consumir una copa antes de dormir, sino que este hábito poco saludable puede pagarse a un precio muy alto que afecta negativamente a nuestra salud a largo plazo y nos vuelve adictos a una sustancia que en nada beneficia al organismo.
Referencias
- Zheng D, Yuan X, Ma C, et al. Alcohol consumption and sleep quality: a community-based study. Public Health Nutrition. 2021;24(15):4851-4858. doi:10.1017/S1368980020004553 https://www.cambridge.org/core/journals/public-health-nutrition/article/alcohol-consumption-and-sleep-quality-a-communitybased-study/C8A260D7730877B32FA1CAA47116D619
- Massimiliano de Zambotti, Mohamad Forouzanfar, Harold Javitz, Aimee Goldstone, Stephanie Claudatos, Vanessa Alschuler, Fiona C Baker, Ian M Colrain, Impact of evening alcohol consumption on nocturnal autonomic and cardiovascular function in adult men and women: a dose–response laboratory investigation, Sleep, Volume 44, Issue 1, January 2021, zsaa135, https://doi.org/10.1093/sleep/zsaa135
- Ebrahim IO, Shapiro CM, Williams AJ, Fenwick PB. Alcohol and sleep I: effects on normal sleep. Alcohol Clin Exp Res. 2013 Apr;37(4):539-49. doi: 10.1111/acer.12006. Epub 2013 Jan 24. PMID: 23347102. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23347102/
Imagen | Foto de portada: rashid, foto 1: Solving Healthcare y foto 2: Ceyda Çiftci
Ver 0 comentarios