Nos guste más el gazpacho o el salmorejo, las dos sopas frías o cremas frías son las reinas de las mesas de verano, y son muchas semanas de calor para quedarnos solo con una. El salmorejo es mucho más simple pero también más calórico, por ser más espeso al incorporar más cantidad de pan y, habitualmente, más aceite. En esta versión hacemos un salmorejo muy cremoso y nutritivo añadiendo aguacate.
Preparar un salmorejo no tiene mayor dificultar que triturar todos los ingredientes hasta dar con la consistencia deseada, por lo que siempre merece la pena hacerlo casero, por muy cómodos que sean los de supermercado. Como el espesor depende al final un poco del tipo de tomates y su grado de maduración, podemos hacerlo más denso añadiendo un huevo cocido entero o solo la yema, que lo hará además más nutritivo y saciante. El salmorejo original no lleva vinagre y el ajo es opcional, pero aquí añadimos ambos para darle más sabor.
Si vamos a usar el huevo, lo primero es cocerlo en agua hirviendo, durante unos 10 minutos. Podemos aprovechar para cocer más y usarlos así de guarnición. Enfriar rápidamente con agua fría y reservar.
Lavar bien los tomates y el aguacate antes de partirlo. Abrir este (o sar 2-3 unidades, según el tamaño) y extraer toda la pulpa desechando primero el hueso. Disponerla en el vaso de una batidora o robot de cocina.
Extraer el pedúnculo de los tomates con un cuchillo tipo puntilla -de punta fina- y trocearlos. Si la batidora o robot es potente, no hará falta retirar la piel, pero pueden pelarse. Mezclarlos con el aguacate y añadir un poco de sal; remover suavemente para que la sal se disuelva.
Añadir el diente de ajo pelado si se desea, retirando el germen para que sea más suave. Agregar también el vinagre al gusto y empezar a batir o triturar. Pelar el huevo y añadirlo entero o usando solo la yema, dependiendo de la consistencia que queramos obtener. Triturar de nuevo.
Para lograr una buena emulsión, lo más recomendable es continuar batiendo ahora a velocidad más baja y echando el aceite de oliva poco a poco, en hilo, a medida que se bate todo. Remover un poco si hiciera falta y volver a triturar para lograr una textura homogénea. Rectificar de sal.
Con qué acompañar el salmorejo de aguacate
Las guarniciones típicas del salmorejo son huevo duro picado, jamón y panes crujientes, aunque realmente podemos servirlo con lo que más nos guste. El pimiento verde o rojo picado en crudo es un buen añadido, muy ligero y que aporta ese contraste crujiente tan agradable. Semillas, frutos secos o fruta fresca son otras buenas opciones.
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