Tomar el sol es una actividad que se ha convertido en algo habitual del verano. La moda por esta moreno nos lleva a muchos a realizar verdaderas locuras con tal de conseguir el color de piel deseado. Es cierto que la protección en estos casos y seguir una serie de pautas a la hora de exponernos al sol es fundamental, pero aún así en muchos casos no debemos confiarnos, ya que no siempre, aunque lo parezca, estamos haciendo las cosas como debemos, ya que las cremas que nos protegen no las estamos aplicando como debiéramos.
Los efectos de los rayos del sol en la piel son acumulativos, y es que poco a poco vamos cargando nuestro cuerpo de radiaciones que en muchos casos no se quedan solo en la superficie de la piel, sino que afectan a capas más internas de la misma. Para evitar estas radiaciones lo que hacemos es protegernos con crema protectora que evita que las radiaciones del sol pasen a nuestro cuerpo. Pero estas cremas no son suficientes en la mayoría de los casos para evitar los efectos del sol, a causa del desconocimiento que existe entorno a ellas, según afirma Eduardo García Rico, Jefe de la Unidad de Oncología del Hospital Universitario Madrid Torrelodones.
Las radiaciones que recibimos del sol se catalogan en A y B, siendo las más peligrosas las B. De estos dos tipos de radiaciones deben protegernos las cremas solares que nos encontramos en el mercado, aunque no todas son igual de efectivas, por ello debemos fijarnos en la etiqueta que estén preparadas para evitar que estas radiaciones penetren en nuestra piel. Las cremas que encontramos en el mercado tienen la capacidad de dar una apariencia de transparencia, por lo que no existe la protección total, sino que existen cremas que tienen más o menos resistencia a las radiaciones, ya que se encargan de reflejar los rayos solares y así eliminar gran parte de las radiaciones que nos llegan.
Por este motivo nunca debemos confiarnos al aplicarnos una crema y olvidarnos de volver a usarla. Siempre es necesario que tengamos en cuenta unas serie de pautas, y es que el factor solar de protección de la crema, para que lo entendamos fácilmente, determina el tiempo que podemos estar desde que nos aplicamos la crema hasta que nos comenzamos a quemar. Es decir, si el factor de protección es diez, podemos estar diez minutos sin aplicarnos la crema sin correr riesgos. A partir de este tiempo el peligro aumenta más, y por ello es necesario volver a aplicar la crema en el cuerpo.
Es importante que a la hora de tomar el sol tengamos estos puntos en cuenta con respecto a las cremas, ya que aplicarnos crema no significa que estemos totalmente protegidos. Junto a esto hay que evitar la exposición en las horas del mediodía, que es cuando hay más radiaciones solares. Mantener unas buenas pautas de conducta nos ayudará a evitar futuros problemas derivados del exceso de sol.
Vía | Consumer
Imagen | Sunfox
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