Si miramos en el mercado veremos un montón de suplementos o sustancias milagrosos que dicen tener una propiedades milagrosas en la quema de grasas, parece que con sólo tomarlas vamos a conseguir el cuerpo que siempre hemos soñado, pero dsde Vitónica os vamos a descubrir la verdad de los quemagrasa.
Seguramente te sonarán nombres como L-carnitina, glucagón, metionina, taurina, colina, inosina, lecitina, piruvato, efedra, óxido nítrico, ácido linoleico conjugado, creatinina… ya que son algunos nombres con los que se les conoce popularmente a los quemagrasa, pero ¿es verdad lo que se dice de estas sustancias?
Los quemagrasa
El termino quemagrasa viene de la traducción del inglés de fat burner una denominación que se remonta a los años 90, cuando Neal D. Barnard escribió el libro ‘Foods that Cause You to Lose Weight: the Negative Calorie Effect’ (“Los alimentos que pueden hacerte perder peso: el efecto de las calorías negativas).
Barnard defendía que algunos alimentos contienen menos calorías que las que el cuerpo invierte en su digestión, por lo que al comerlos pierdes peso. Sin embargo, no existen alimentos con calorías negativas y/o con propiedades quemagrasas, ya que en sí tanto la denominación como su base fisiológica son erróneas.
Recomendaciones a tener en cuenta
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Antes de empezar a tomar cualquier sustancia mira que esta tenga un registro oficial y que siempre se especifique su composición cuantitativa y cualitativa. Así sabrás que hay estudios científicos homologados que respaldan sus propiedades.
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Nunca tomes las típicas pastillas milagrosas que basan sus efectos en la combinación de diferentes compuestos, como pueden ser productos diuréticos, anfetaminas, hormona tiroidea, laxantes… No existe la fórmula magistral que combinando las propiedades de todos se produce un efecto milagroso.
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Ten mucho cuidado con el uso que se le quiere dar a la hormona tiroidea en el control del peso ya que favorece el consumo de proteínas y acelerando la osteoporosis, siendo más contraproducente que beneficioso.
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Recuerda que los diuréticos y los laxantes no van a hacer bajar tu nivel de grasa, aunque inicialmente veas como tu peso baja al liberar la retención de líquidos no bajarás ni un sólo gramo de grasa.
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Nunca optes por esas dietas rápidas que anuncian cambios drásticos de peso en muy poco tiempo ya que la base es la perdida de líquidos y de musculo, y no de las grasas. Ten en cuenta además el efecto yo-yo.
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Ten en cuenta los posibles efectos negativos para la salud como son las depresiones, psicosis, cuadros de ansiedad, hipertensión, arritmias cardíacas, fibrosis renal, tirotoxicosis…
Sustancias autorizadas
En España (y en la mayoría de los países europeos) sólo han pasado todos los filtros y ensayos clínicos en humanos necesarios para ser considerados factibles para el tratamiento de la obesidad, e indirectamente para conseguir la reducción de la grasa a tres sustancias: sibutramina *(Reductil), orlistato (Xenical) y rimonabant (Acomplia).
(*La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha ordenado la suspensión de la comercialización de la sibutraminas. Otros países de Europa están evaluando la situación para tomar una resolución, en razón de que según el estudio en cuestión, el fármaco habría sido prescripto incorrectamente en pacientes con patologías cardíacas previas en los que estaba contraindicado)
Así que todo lo demás, son simples complementos dietéticos, que no tienen los requisitos obligatorios que tienen para su comercialización los fármacos, por lo que ninguno de ellos suelen tener una base científica ni estudios controlados que confirmen lo que se dicen de ellos.
El deporte es la clave
Estos productos no sirven de nada sin realizar deporte, por ejemplo para el culturista que practica una musculación intensa y sigue una fuerte disciplina física y dietética se va a presentar a competición y está en época de máxima preparación, puede recurrir a trucos y productos quemagrasa que acabarán de definir el músculo al eliminar los restos de grasa (ínfimos en muchos casos).
El más popular es la L-carnitina, una sustancia que lo único que hace es mover los ácidos grasos hasta la mitocondria de la célula para que la grasa se usé como combustible, pero si se la suministramos sin que sea necesario, sin hacer más ejercicio físico cardiovascular, no conseguiremos nada, y así y todo los resultados no son ni espectaculares ni tienen base científica.
En la próxima entrada hablaremos de los producto milagros, la publicidad engañosa y por supuesto del poder que tiene la mente o lo que conocemos con el nombre de efecto placebo.
Imagen | Wikimedia Commons, Wikimedia Commons
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