El verano es un momento idóneo para salir a la montaña. Cada vez son más los que se deciden a realizar rutas a pie por diferentes parajes naturales. Estar en contacto con la naturaleza es una actividad muy relajante en esta época del año, ya que podemos disfrutar de escenarios naturales llenos de vida. A pesar de todo es importante que a la hora de salir a practicar caminatas al aire libre no nos lancemos sin más, ya que en la mayoría de los casos se trata de parajes muy grandes en los que podemos perdernos. Por ello saber orientarse es esencial.
Perderse a la hora de realizar una caminata es algo más habitual de lo que pensamos. La mayoría de las veces sucede porque la gente se desvía de los itinerarios marcados o porque se deciden por terrenos casi vírgenes en lo que a senderismo se refiere. A pesar de ello es necesario tener una serie de nociones básicas si lo que queremos es evitar perdernos y pasar un mal trago o incluso correr serios peligros mientras realizamos esta actividad.
Puntos clave a la hora de planificar la ruta
Para evitar que nos suceda cualquier problema mientras estamos realizando estas actividades es necesario que llevemos a cabo una serie de medidas. En primer lugar es imprescindible que tengamos unos conocimientos básicos del terreno en el que nos vamos a mover. Conocer la ruta de antemano es esencial si no queremos llevarnos sorpresas de última hora y perdernos sin darnos cuenta. Para facilitarnos las cosas muchos de los circuitos están señalizados con balizas que podemos seguir y nos servirán de gran ayuda a la hora de seguir un recorrido.
Al igual que debemos controlar la ruta que vamos a seguir es necesario que nos facilitemos aún más las cosas estableciendo un punto de referencia o una meta que nos servirá mucho mejor a la hora de guiarnos. Este punto que debemos fijar debe ser algo destacado y conocido, como una ermita, un manantial, un paraje natural destacado… No podemos fijar un lugar insignificante, ya que nos será más difícil localizarlo y por lo tanto mucho peor guiarnos.
Orientación en ruta
La ruta la debemos realizar por sendas y caminos que ya has sido fijados con anterioridad. No es nada recomendable que atajemos o nos inventemos una ruta alternativa a no ser que conozcamos muy bien el terreno en el que nos estamos moviendo. Experimentar de esta manera puede traernos consecuencias como perdernos en medio de un paraje que no conocemos o correr otros peligros como toparnos con accidentes geográficos con los que no contábamos y que nos pueden suponer un inconveniente en la ruta.
Saber cuando regresar de una ruta es importante para que no nos pille la noche. Por ello debemos fijar un punto final de la ruta. Junto a esto siempre debemos ir acompañados de una brújula que nos indique donde nos encontramos en todo momento. Si no disponemos de ella podemos orientarnos por las señales de la naturaleza como la vegetación, ya que la cara norte de las plantas y sobre todo de los árboles y rocas, está poblada de musgos y líquenes debido a la humedad que reciben.
El cielo es otra manera de orientarnos, ya que a pesar de que todas se mueven con el paso del tiempo, la estrella polar siempre está fija marcando el norte. Es una referencia que nos servirá a modo de brújula. La luna también es otro signo que nos ayudará a orientarnos, ya que cuando está en cuarto creciente (forma de D) las puntas señalan el oeste, mientras que está en cuarto menguante (En forma de C) los cuernos miran al este. Estos signos nos ayudarán a ubicarnos en terrenos salvajes y saber hacia donde debemos dirigirnos.
A pesar de todo es necesario que cuando salgamos a caminar por el monte o en cualquier otro paraje natural nos informemos antes de las rutas a seguir y el recorrido que vamos a llevar a cabo y acudir con el equipamiento adecuado, ya que no podemos adentrarnos sin saber como haremos esa ruta ni si nos perderemos en el intento.
Vía | SportLife
Imagen | Triangulo del Café
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