Los alimentos además de ofrecer energía al organismo pueden tener diferentes efectos en función de sus componentes. Así, algunos resultan muy saciantes y efectivos para calmar el hambre mientras que otros pueden estar haciendo que comas más sin que te des cuenta.
Los alimentos que pueden conducirte a comer más
Cuando ingerimos un alimento nuestro aparato digestivo se encarga de desarmarlo pequeños pedacitos que no son más que nutrientes que nuestro cuerpo utiliza y posteriormente transforma en energía.
Pero mientras aquello que comimos atraviesa el aparato digestivo se liberan diferentes hormonas y sustancias que pueden alcanzar el cerebro e influenciar nuestra sensación de hambre, de apetito o saciedad.
De esta forma, las proteínas inducen en el intestino la liberación de hormonas que calman de manera efectiva el apetito y el hambre, ocurriendo algo similar con la fibra. Pero otros nutrientes pueden producir el efecto contrario.
Teniendo esto en cuenta debemos saber que algunos productos pueden incentivar un sobreconsumo alimentario es decir pueden hacernos comer más sin que nos demos cuenta.
Las bebidas alcohólicas forman parte de este grupo de alimentos que nos pueden conducir a una mayor ingesta debido a cambios en las hormonas que producen saciedad y hambre, y peor opción son los cócteles que suelen combinar azúcar y alcohol.
Por otro lado a mayor grado de procesamiento de los alimentos se ha demostrado que mayor es el poder adictivo de los mismos y esto puede verse claramente en los ultraprocesados que son precisamente los que más azúcar, sodio, calorías, y grasas concentran sin poseer nutrientes que sacien como las proteínas o la fibra.
Otros alimentos que recomendamos evitar porque pueden empujarnos a comer más son los snacks comerciales fritos y salados o con mucho azúcar en su interior, los fiambres y embutidos, las galletitas y otros productos de bolleria industrial, los refrescos, los caldos saborizantes o concentrados comerciales por contener glutamato monosódico, las salsas comerciales, los chocolates con azúcar, las preparaciones de fast food o productos ultracongelados listos para consumir, así como las chucherías en general.
Todos estos alimentos pueden resultar muy placenteros, tener un efecto adictivo y además, influenciar nuestras hormonas de hambre y apetito incentivándonos a comer más sin que nos demos cuenta.
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