Las lesiones son un tema muy preocupante en el ámbito deportivo, y muchas veces no tienen por qué producirse necesariamente por un movimiento perjudicial, sino que pueden producirse por movimientos repetitivos que van sobrecargando huesos, tendones y articulaciones.
Este problema, que se conoce como lesión por esfuerzo repetitivo, ocurre cuando los movimientos reiterados provocan daño en una estructura corporal, y por ello es conveniente que conozcas lo que puedes hacer para prevenirlas.
Cómo se producen las lesiones por esfuerzo repetitivo
Si notas dolor, enrojecimiento e inflamación, y practicas habitualmente un deporte cuyos gestos se repiten de manera continuada es posible que estés sufriendo una lesión de este tipo.
En cualquier caso, debe ser un profesional cualificado quien diagnostique este tipo de problemas mediante las pruebas habituales que se llevan a cabo en estos casos, que son las resonancias magnéticas y las radiografías.
Aunque cualquier persona puede sufrir lesiones por esfuerzo repetitivo, el grupo poblacional más propenso a sufrirlas son los adolescentes, dado que estas tienden a ocurrir más a menudo en las zonas cercanas a los cartílagos de crecimiento, que todavía no son tan resistentes como lo son en etapas más tardías.
Este cartílago es más débil y está ubicado en el extremo del hueso, por lo que es propenso a recibir gran parte de los impactos y del daño que pueden producir los movimientos repetitivos.
Quienes entrenan con una frecuencia o un volumen excesivamente elevado, quienes entrenan siguiendo una técnica inapropiada, o quienes ya tienen ciertas debilidades debido a lesiones anteriores, también son especialmente propensos a sufrir este tipo de lesiones.
Cómo lidiar con las lesiones por esfuerzo repetitivo
Evidentemente, lo mejor que se puede hacer para lidiar con este tipo de problemas es tratar de prevenirlas todo lo posible. Tendremos que ser especialmente cautelosos con la técnica de los movimientos y deberemos prestar atención a las posibles señales que puede enviarnos nuestro cuerpo.
Esto quiere decir que ante cualquier tipo de dolor deberíamos pararnos a evaluar si nuestra técnica es correcta o si realmente estamos asumiendo un volumen de entrenamiento acorde a nuestras capacidades.
Tratar de aumentar progresivamente la intensidad y el volumen de entrenamiento es algo que deberíamos contemplar como obligatorio, ya que de esta manera seremos menos propensos a lesionarnos.
Si desgraciadamente ya hemos sufrido una lesión de este tipo, deberíamos tratar de poner en práctica estas medidas:
Terapia de frío
El frío puede ayudar a reducir la inflamación con la que cursa la lesión, y dado que es algo que cuesta muy poco poner en práctica, vale la pena que lo valores.
En caso de que vayas a hacerlo, aplicar frío durante 15 minutos cada dos o tres horas puede ser lo ideal.
Terapia física
Algo que puedes hacer también es recurrir a la terapia física mediante terapia manual o mediante el uso de rodillos y pelotas de automasaje.
Esto te ayudará a aumentar la irrigación sanguínea al tejido lesionado, proporcionándole oxígeno y nutrientes que pueden facilitar la recuperación, pero sobre todo abstente de recurrir a estos protocolos en caso de que sufras dolor.
Uso de antiinflamatorios
Los antiinflamatorios también pueden ayudarte a reducir el dolor y la inflamación, aunque tampoco es conveniente que abuses de ellos ya que pueden interferir con las ganancias que genera el propio ejercicio.
Sigue las indicaciones de cada medicamento y no excedas la dosis ni la frecuencia recomendada y de esta forma podrás acelerar la recuperación y volver a los entrenamientos cuanto antes.
Descanso activo
La inactividad no es una opción; es conveniente parar de practicar durante un tiempo el deporte que nos ha causado la lesión, pero desde luego este problema no va a solventarse esperando sin hacer nada.
Mientras tanto puedes aprovechar para entrenar el miembro contralateral al lesionado, para mejorar otras capacidades (movilidad, técnica...), o para simplemente seguir tratando de mantenerte en forma dentro de tus capacidades.
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