¿Te has decidido a probar el Yoga? ¡Genial! Es una actividad de la que puedes obtener una gran cantidad de beneficios, tanto para tu cuerpo como para tu mente, y que además actúa como un complemento perfecto para otros tipos de entrenamiento como el de fuerza o el de carrera.
Ahora bien, ¿qué tipo de Yoga es el adecuado para mí? Existen un montón de variantes: Hatha, Vinyasa, Kundalini, Bikram, AcroYoga, SUP Yoga... Y parece que los nombres en sí no nos dan demasiada información. Aquí tienes una guía rápida para saber en qué consiste cada una de estas modalidades y que así puedas escoger cuál es la que va mejor con tus intereses y objetivos. Be yogui, my friend!
Los diferentes tipos de Yoga
Hatha Yoga: es la mejor opción para practicar Yoga si eres principiante. aunque tradicionalmente abarca no solo el aspecto físico, sino también el espiritual, el Hatha Yoga que suele practicarse sobre todo en gimnasios o centros deportivos se basa más an las asanas o posturas y en el pranayama o respiración.
A través del Hatha Yoga aprenderemos la respiración correcta y las asanas o posturas básicas que se realizan en la mayoría de tipos de Yoga. Trabaja sobre todo la fuerza muscular, la flexibilidad, nos sirve para reducir o eliminar el estrés (sobre todo a través de la respiración), para mejorar nuestra postura corporal y el control de nuestro cuerpo.
Vinyasa Yoga o Vinyasa Flow Yoga: este tipo de Yoga es muy dinámico ya que su fin es el de coordinar los movimientos de nuestro cuerpo con la respiración. Es un trabajo físico bastante duro, siempre aeróbico, que nos exige una gran fuerza relativa (en relación con nuestro peso corporal), una buena flexibilidad y una gran capacidad de concentración. Esta variante es perfecta si lo que buscamos con el Yoga es ponernos en forma.
Ashtanga Yoga: muchas veces se practica combinado con el Vinyasa Yoga, ya que también es un Yoga muy dinámico. Como el Vinyasa, existe un trabajo muy intenso de los músculos, ya que las diferentes asanas van enlazadas entre sí y se realizan con un ritmo y una respiración determinadas. El Ashtanga Yoga se basa en tres pilares: la respiración Ujjayi (contrayendo la glotis), las bandas o cierres energéticos (contracciones musculares) y el Dristi o focalización de la mirada durante cada asana.
Iyengar Yoga: es un tipo de Yoga más suave que los anteriores, que se centra sobre todo en la alineación corporal. Es más pausado que el Vinyasa o Ashtanga: las posturas se mantienen por más tiempo. Puede ayudarnos a la tonificación muscular y, sobre todo, a la liberación del estrés y la tensión.
Kundalini Yoga: se trata de un estilo de Yoga basado en la energía que fluye por nuestro cuerpo. Esta energía se encuentra, según el Kundalini, en la base de nuestra columna vertebral y su unión con el coxis, y a través de diferentes asanas y de la denominada "respiración de fuego" podemos hacer que ascienda y se reparta por nuestro cuerpo. Este tipo de Yoga, con un gran trabajo de nuestro organismo a nivel interno, es todo un estilo de vida y promueve la creatividad y la eliminación de los sentimientos negativos.
Bikram Yoga: también conocido como Hot Yoga, es el que se practica a altas temperaturas, llegando a alcanzar las salas hasta los 42 grados y una gran humedad. Con el efecto del calor los músculos se encuentran más laxos, lo que conlleva un aumento de la flexibilidad. Se trabaja con 26 asanas en las que se estiran músculos, ligamentos y tendones.
AcroYoga: o Yoga acrobático. Suele practicarse en pareja y es el resultado de una unión entre Yoga y acrobacias. Se trabaja la flexibilidad, la fuerza muscular y, sobre todo, la confianza en la persona con la que trabajas, ya que este tipo de Yoga es cosa de dos.
SUP Yoga: este tipo de Yoga resulta de combinar el trabajo clásico de Hatha o Vinyasa con una tabla de surf. Evidentemente se practica sobre el agua y la inestabilidad que crea el medio acuático nos obliga a trabajar mucho más nuestro control corporal y nuestra zona media, encargada de la estabilización de la postura.
Existen muchos más tipos de Yoga: Anusara, Karma, Naked, Kripalu, Siddha, Nidra... Pero estas suelen ser las variantes más frecuentes y que podemos encontrar fácilmente en los estudios dedicados a la enseñanza de esta disciplina.
¿Te has decidido ya por cuál quieres practicar?
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