La sandía es junto al melón, una de las frutas más populares del verano; y constituye un alimento con valiosa propiedades para el organismo que sin embargo, no es apto para todo público. Te mostramos cuáles son las personas que no deberían comerla, según los expertos.
Sandía, una fruta poco recomendable para algunos
Como todas las frutas, la sandía posee ante todo hidratos de carbono y agua en su interior, siendo una de las opciones con más contenido acuoso y por lo tanto, más ligera y con menos proporción de azúcares en su interior.
Constituye un alimento fuente de carotenos y vitamina A, así como con elevado contenido en potasio y fibra, que puede saciarnos con pocas calorías y tener un efecto antioxidante en el organismo.
Las personas que padecen de intolerancia a la fructosa pueden no disfrutar de su consumo sino por el contrario, experimentar molestias gastrointestinales diversas posterior a su ingesta .
En estos casos, la sandía como cualquier otra fruta debido a su contenido en fructosa debería evitarse así como también, en quienes sufren alergia a esta fruta; pues en estos últimos casos las consecuencias pueden ser más marcadas experimentando no solo síntomas a nivel digestivo sino también en la piel o a nivel respiratorio.
Por otro, lado aunque todas las frutas frescas son aconsejables en el marco de una dieta de calidad, para quienes sufren de diabetes la sandía como otros ejemplares de frutas deben consumirse siempre fresca y con moderación, de manera de no obstaculizar el buen control glucémico.
En definitiva, la sandía es una fruta muy beneficiosa para el organismo, pero las personas alérgicas a la misma o con intolerancia a la fructosa deben evitarla; así como también aconsejamos limitar los zumos o batidos a base de esta en el caso de personas diabéticas.
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Imagen | Karolina Kaboompics
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