Asfalto, tierra o césped: ¿cuál es la mejor superficie para correr?

Elegir terreno cuando salimos a correr no es fácil, todo depende de lo que queramos: entrenar fuerte, rodar, hacer series... También depende mucho el estado de nuestras articulaciones y las zapatillas que tengamos a mano. A continuación, os presentamos los pros y los contras de correr sobre asfalto, tierra o césped.

Correr por asfalto: terreno regular, pero que castiga las articulaciones

Al tratarse de un terreno más regular evitamos las posibles lesiones como las torceduras de tobillo. Como es un terreno duro, el impacto de la pisada se nos devuelve casi completamente y es más propicio para rodar rápido. En días de lluvia es la superficie más cómoda y en la que menos te vas a ensuciar al salir a rodar.

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Sin embargo, el asfalto castiga mucho las articulaciones debido a esa devolución del impacto, por lo que hay que tener cuidado tanto si venimos de una lesión como si estamos comenzando a correr. Si el terreno es inclinado, correr mucho tiempo en el mismo sentido afecta a la pisada y puede dar lugar a lesiones. Por otro lado, correr por asfalto suele ser bastante aburrido y tedioso, salvo algunas excepciones.

Correr por tierra: más motivante, pero hay que ir atentos a las irregularidades del terreno

La tierra es una superficie de dureza intermedia entre el asfalto y el césped, y las zonas por donde discurre suelen ser más motivantes y bonitas. Es un tipo de terreno más propicio para hacer cuestas y además no suele haber tránsito de coches en las zonas cercanas, con lo que nos ahorramos respirar cerca de ellos.

Eso sí, si el terreno es irregular las piedras sueltas y pequeños hoyos pueden traicionar a nuestros tobillos, por no hablar de que si nos pilla la lluvia por el camino es bastante incómodo y sucio correr por tierra. Los caminos de tierra suelen ser solitarios, por lo que es mejor ir acompañados por si nos lesionamos o tenemos cualquier percance. Si hay tránsito de coches la polvareda es muy incómoda.

Correr por césped: más amortiguación, pero podemos llegar a sobrecargar la musculatura

La principal ventaja con la que cuenta el césped es que el contacto al pisar es de bajo impacto, muy de agradecer para los que se inician en el running o para los que tengan tocadas rodillas o tobillos. Esto suele ser la principal causa de elección de esta superficie.

Sin embargo, debido a esa "amortiguación extra", si abusamos de esta superficie podemos llegar a sobrecargar la musculatura. Los pequeños hoyos o baches se camuflan con la hierba y podemos dar un mal paso con el consiguiente riesgo de caída o lesión. El mayor contra suele ser que es difícil encontrar una superficie de césped cerca de casa y con extensión suficiente como para rodar a gusto.

Yo personalmente prefiero correr por tierra, algo mixto entre el asfalto pero sin llegar a tener muchas piedras, en concreto las "Vías Verdes" son una buena elección para correr: no pasan coches, el camino es medio decente, los puntos kilométricos están marcados y siempre hay tránsito de personas por si se necesita algo.

Este artículo fue publicado originalmente por Juan Lara en septiembre de 2008, y ha sido revisado para su republicación.

Imagen | Pexels

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