Mientras el frío se alarga este año y la primavera tarda en llegar, muchos son los runners que optan por completar los kilómetros de sus entrenamientos sobre la cinta del gimnasio y dejar las calles solo a los más valientes (y menos frioleros).
Y es que la cinta puede ser una muy buena opción para realizar nuestros entrenamientos de carrera, aunque presenta algunas carencias que sí nos ofrece el hecho de correr al aire libre.
¿Cinta o calle: cuál es mejor a la hora de entrenar? Te contamos cuáles son los pros y contras de cada una de ellas para que, como corredor, puedas hacer la mejor elección en cada momento.
Correr en la cinta te ayuda a evitar las inclemencias del tiempo, pero esto puede no ser tan positivo como parece: los días que llueve o que hace mucho aire son los preferidos por los runners para entrenar en la cinta (por motivos obvios). Pero ten en cuenta que, si estás preparando alguna prueba, no podrás controlar la climatología el día de la carrera y tendrás que adaptarte a las circunstancias. Haber hecho algún entrenamiento con lluvia ligera o con viento (no salgas a correr si hay un temporal, claro) puede ayudarte física y psicológicamente.
Correr en la cinta es más sencillo que correr al aire libre: el tapiz de la cinta se mueve de forma automática para que podamos correr sobre él (a no ser que estés usando una cinta de correr curva, en la que la fuerza de tus piernas es la que mueve el tapiz). Esto hace que para nosotros, como corredores, sea más sencillo dar cada zancada. Además, corriendo en la cinta podemos controlar la inclinación del terreno y nos aseguramos siempre correr sobre un pavimento ligeramente blando. Al correr al aire libre nos enfrentamos a la orografía del terreno y posiblemente a distintos tipos de pavimento, como asfalto o tierra.
Entrenar en la cinta puede ser una buena idea si queremos mantener un ritmo concreto: nada mejor que entrenar en la cinta para mantener siempre el mismo ritmo de carrera, ya que somos nosotros los que indicamos en todo momento la velocidad a la que se tiene que mover el tapiz. Personalmente, me viene muy bien a la hora de hacer series en las que tengo que mantener un determinado ritmo, ya que corriendo en la cinta me aseguro de que lo mantengo de principio a fin del intervalo, y no voy aflojando como ocurre cuando entreno al aire libre.
Entrenar en la cinta puede ser bastante más aburrido que correr al aire libre: sí, las cintas más modernas tienen televisión, conexión a internet para que puedas ver vídeos de Youtube e incluso los capítulos favoritos de tus series de Netflix, "paseos virtuales" por ciudades famosas y demás. Pero no dejas de estar corriendo todo el tiempo en el mismo sitio. Siempre puedes hacer rutinas de entrenamiento diferentes que lo hagan más entretenido, pero si te toca hacer una tirada larga en cinta... Correr al aire libre, aunque solo sea por ver a más gente y hacer diferentes rutas, es un poco más entretenido.
Personalmente, si puedo correr en la calle lo prefiero mil veces a correr en la cinta; eso sí, soy muy friolera, así que en los meses de invierno la cinta es mi salvación si quiero seguir corriendo.
¿Qué preferís vosotros? ¿Mejor bajo techo y a salvo de la lluvia o al aire libre disfrutando del paisaje?
Imagen | Pixabay
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