Concebida como ensalada templada para degustar tibia o a temperatura ambiente, este plato de brócoli con dátiles, avellanas y queso es perfectamente válido para quien prefiera comer caliente, aunque un ligero reposo de todos los ingredientes es importante para que se asienten los sabores y texturas. También es una magnífica guarnición.
Rápido y fácil de preparar, pues solo vamos a usar una única sartén y una ensaladera, el brócoli se saltea directamente sin tener que cocerlo o escaldarlo previamente, lo que nos permite disfrutar de una textura algo crujiente y el máximo sabor y nutrientes de este saludable vegetal, logrando además que no emita tantos olores como el hervido. La mezcla con dátiles y frutos secos, en este caso avellanas, suma valiosos nutrientes además de un sabor fantástico, con el dulzor de la fruta equilibrando al brócoli.
Cortar el brócoli separando primero el tronco más grande y separar los floretes, cortándolos por la mitad en el caso de los más grandes, para que tengan más o menos el mismo tamaño y de un bocado generoso. Pelar el tronco o cortar toda la superficie de alrededor hasta llegar al centro blanco, y trocear también. Lavar todo y escurrir.
Tostar las avellanas en una sartén sin aceite si estuvieran crudas, picar a cuchillo y llevar a una ensaladera. Trocear los dátiles desechando el hueso y saltear con un poco del aceite en la misma sartén, hasta que se tuesten ligeramente y se vuelvan más jugosos. Llevar a la ensaladera.
En la misma sartén, añadir un poco más del aceite y cocinar a fuego vivo el brócoli, salpimentando al gusto, unos 5-10 minutos hasta que esté al punto deseado, dejándolo algo crujiente y verde brillante.
Mezclar todo en la ensaladera aliñando con algo más de aceite y vinagre al gusto, el pimentón, ralladura de limón y queso parmesano o similar.
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Con qué acompañar la ensalada templada de brócoli con dátiles, avellanas, queso y limón
De plato único, primer plato o guarnición, esta ensalada templada se adapta a cualquier menú y momento del día según la cantidad de raciones que repartamos, pues es saciante y energética sin sin pesada. Podríamos combinarla con una carne magra o pescado al horno o a la plancha, una crema de legumbres o hummus, o también podríamos añadir unos huevos escalfados al plato.
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