La adolescencia es una etapa muy importante en la formación de nuestros huesos. Una reciente revisión sistemática ha confirmado (como adelantamos aquí) que la realización de actividad física en esta etapa es una estrategia vital para este fin.
La osteoporosis, una enfermedad que podemos y debemos prevenir
La osteoporosis es una enfermedad esquelética sistémica progresiva marcada por una baja masa ósea y un deterioro micro-arquitectural del tejido óseo, lo que resulta en fragilidad ósea, con la consecuente mayor susceptibilidad a la fractura.
La incidencia de osteoporosis aumenta significativamente con el avance de la edad y suele ser silenciosa, sin signos y síntomas de disminución de la densidad ósea.
La fractura ósea suele presentarse como la primera presentación de la osteoporosis, atribuyéndose a esta enfermedad, a su vez, una morbilidad y unos costes significativos, además de una calidad de vida reducida.
Por tanto, las estrategias preventivas son un primer paso crucial para superar este problema global. La prevención de la osteoporosis se lleva a cabo maximizando la acumulación de tejido óseo durante los años de crecimiento, manteniendo la adquisición de tejido óseo durante la edad adulta y reduciendo la pérdida ósea en ancianos.
La adolescencia, una etapa vital para nuestros huesos
Durante la adolescencia se produce una acumulación de mineral óseo, el cual continúa acumulándose hasta que se logra el pico de masa ósea, el cual se refiere a la acumulación máxima de masa y fuerza ósea depositada en la vida de una persona al final del período de crecimiento.
El período de tiempo difiere, ya sea durante las primeras dos décadas, principios de la tercera década, finales de la tercera década de la vida o incluso tan temprano como a los 16 años de edad.
Después de que se logre el pico de masa ósea, el hueso se pierde a una tasa de aproximadamente 0,5%-1,0% por año en la mayoría del sitio esquelético. Por tanto, el pico de masa ósea, junto con la pérdida de hueso subsecuente, son determinantes importantes asociados con los riesgos de la osteoporosis.
Curiosamente, la adolescencia ofrece una ventana de oportunidad en los críticos años que rodean la edad de acumulación de mineral óseo máximo.
Alrededor del 26% del pico de mineral óseo del cuerpo entero de los adultos se acumulan durante este tiempo clave. Así, los años de adolescencia podrían ser la última oportunidad para maximizar el pico de masa ósea. Como hemos comentado anteriormente, un pico alto de masa ósea es un importante determinante en la prevención de la osteoporosis y el riesgo de fractura osteoporótica.
Un pico alto de masa ósea es un importante determinante en la prevención de la osteoporosis y el riesgo de fractura osteoporótica
La detección temprana y la prevención para mejorar la salud ósea sólo será posible mediante la identificación de factores de estilo de vida modificables que pueden aumentar la acumulación mineral ósea.
Durante esta “ventana crítica”, la detección temprana podría identificar a los adolescentes en riesgo de baja masa ósea, seguida por la modificación de factores de estilo de vida.
Varios factores modificables del estilo de vida pueden contribuir a la salud ósea del adolescente. Estos incluyen la actividad física, los medicamentos, el peso corporal, la nutrición sana y otros factores del estilo de vida, como el tabaquismo, que pueden deteriorar la salud ósea.
Uno de los factores más importantes, seguramente el que más, es la actividad física, la cual juega un papel muy importante durante esta etapa de la vida para la prevención de la osteoporosis futura.
La actividad física en la adolescencia es clave
Una reciente revisión sistemática ha evaluado y proporcionado información sobre la influencia de la actividad física de los adolescentes en la maximización de la masa ósea máxima (pico de masa ósea). Los resultados han sido muy claros, por lo que voy a ser breve.
El aumento de la actividad física regular durante la edad de acumulación de hueso óseo máximo es beneficioso en el fomento de la adquisición ósea (masa ósea, geometría ósea, arquitectura ósea y fuerza ósea) como un todo. Por lo tanto, la implementación de la actividad física regular iniciada en la vida temprana, particularmente durante la adolescencia, es la clave para lograr un hueso sano y una forma práctica de superar la creciente incidencia de osteoporosis y el riesgo futuro de fractura.
Una vez más queda demostrada la importancia de la actividad física en nuestras vidas. Debemos concienciarnos de una vez en que debemos realizar ejercicio durante toda nuestra vida (en todas las etapas) si queremos tener una mejor salud y calidad de vida y reducir el riesgo de enfermedades y muerte.
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