Entre los distintos tipos de grasas que encontramos en nuestro cuerpo, sin dudas la grasa marrón o parda es la más beneficiosa debido a que promueve el consumo de calorías para generar calor. Un reciente estudio señala que la grasa marrón puede mejorar la salud cardiometabólica y por eso, te contamos cómo favorecer su presencia en el organismo.
Grasa marrón y mejor salud
Hace unos días la revista científica Nature Medicine publicó un estudio de gran tamaño donde se evaluó la presencia de grasa marrón y su vínculo con diferentes parámetros de salud cardiometabólica.
Así, tras analizar el tejido adiposo mediante tomografía computada en más de 52 mil pacientes, se observó que los participantes en los que se detectaba la presencia de grasa parda o marrón tenían menos riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas o metabólicas como diabetes tipo 2, enfermedades coronarias, dislipemias, accidentes cerebrovasculares, hipertensión y otras.
Si bien es sólo una asociación y siempre supimos que la grasa marrón es beneficiosa para la salud, es el primer estudio de gran tamaño que se realiza en humanos y que permite ver en el tejido adiposo pardo una posibilidad terapéutica para enfermedades cardiometabólicas.
Así puedes incrementar su presencia en el organismo
Tal como el tejido adiposo blanco que es el más abundante y donde almacenamos más energía, el tejido adiposo marrón puede incrementarse favoreciendo de esta manera la salud e incluso, pudiendo ser de ayuda para perder peso.
Para incentivar su presencia en nuestro cuerpo, recomendamos no abrigarnos en demasía cuando hace frío ni calefaccionar ambientes en exceso, ya que exigirle al cuerpo trabajo para acondicionar su temperatura favorece la actividad y creación de grasa marrón.
También recomendamos hacer ejercicio con regularidad ya que se ha probado que puede promover la formación y actividad de adipositos marrones, a partir de adipositos blancos.
Un último consejo que puede servir es exponernos a situaciones estresantes agudas y controladas, como por ejemplo, una carrera inesperada en medio del reposo que puede lograrlo con entrenamiento HIIT, o bien, una presión laboral que necesitamos resolver contrarreloj, entre otras que estimulan la actividad del tejido adiposo pardo.
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