A pesar de tener intención y querer seguir los entrenamientos durante las vacaciones, la gran mayoría de nosotros los ha dejado aparcados durante el periodo de descanso. Por ello a la vuelta toca de nuevo ponerse manos a la obra. Nosotros en esta ocasión queremos dar algunos consejos para hacerlo de la mejor manera posible.
Antes de nada debemos ser conscientes de que a partir de los diez días sin realizar ninguna actividad deportiva el cuerpo lo empieza a notar. Por ello no debemos pretender reanudar los entrenamientos donde los dejamos, si no que debemos mantener un periodo de adaptación para evitar lesiones o cualquier otro tipo de daño.
Ojo a la carga
En primer lugar lo que recomendamos en comenzar con menos carga de la que utilizábamos antes de irnos de vacaciones. No nos debemos asustar ni preocupar, pero veremos que esa carga menor nos cuesta más que antes. Es normal, ya que los músculos necesitan acostumbrarse de nuevo al ejercicio. No nos llevara este proceso más de una semana, ya que tienen memoria y en seguida volveremos a estar a tope.
Evitar las novedades por el momento
Evitar comenzar los entrenamientos con una nueva rutina. Muchas personas toman esta decisión, ya que con el nuevo curso, nueva rutina. En este caso es mejor no hacerlo así hasta pasados unos quince días, pues para retomar los entrenamientos es mejor con ejercicios que ya conocemos a la perfección y controlamos, hasta que volvamos a estar a tono para afrontar una nueva rutina.
También podemos decantarnos por rutinas de acondicionamiento en las que no nos centramos en una parte en concreto, sino que en cada sesión de entrenamiento trabajamos todas las partes del cuerpo mediante diferentes ejercicios. Esta puede ser también una buena manera de volver a la rutina poco a poco para después de unas dos semanas retomar la rutina normal o emprender una nueva.
Tampoco es recomendable comenzar dándolo todo. Si normalmente vas unos cinco días a entrenar, al principio es mejor ir menos días para lograr que los músculos se recuperen mucho mejor, ya que el descanso es esencial para el perfecto funcionamiento de estos. No sirve de nada querer recuperar todo en una semana, pues así no funciona nuestro cuerpo, y lo único que podemos conseguir es hacernos daño.
De todos modos cada uno debe saber escuchar a su cuerpo y tener muy claro hasta dónde puede llegar. En ningún caso hay que forzarle u obligarle a dar más de lo que es capaz. Siempre debemos cuidar que la vuelta a la actividad sea progresiva, controlada y lo menos lesiva posible.
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