Si tuviésemos que elegir uno de los ejercicios por excelencia para trabajar las piernas, sin duda, nos quedaríamos con las sentadillas. Cuando aprendes la técnica, son bastante fáciles de hacer, puedes hacerlas en cualquier sitio y tiene muchísimos beneficios.
Las sentadillas además, gracias a su versatilidad, tiene muchísimas variantes para realizar en un gimnasio, como la front squat, la sissy squat, hack squat, etc. Pero en este artículo nos vamos a centrar únicamente en las sentadillas de toda la vida.
Cómo hacerlas correctamente
Para realizar correctamente la sentadilla tenemos que tener muy claro cuatro puntos. El primero son los pies, los cuales tenemos que apoyar todo nuestro peso en tres zonas (como si fuese un trípode), que son el talón, debajo del dedo gordo y del dedo meñique. Por tanto, es importante que el pie se mantenga lo más estable posible y que no se vaya hacia los lados.
Otro punto serían las rodillas, las cuales deben mantenerse alineadas con la punta de los pies para que la fuerza ejercida sea lo más eficiente posible. Puede ocurrir que si no estamos acostumbrados a hacerlas, hagamos un valgo de rodilla, que es cuando las rodillas se meten hacia dentro y no se alinean con los pies. Aunque esto no tiene que ser perjudicial, sí estamos comprando papeletas para una lesión.
El tercer punto es la cadera. Si nos inclinamos mucho al hacer la sentadilla, el estímulo que se van a llevar nuestra piernas es mínimo, por lo que es importante mantenernos erguidos durante toda la ejecución.
El cuarto y último punto es nuestra lumbar. A pesar de que nuestra cadera no se flexione, nuestra lumbar si puede hacerlo y, aunque con el propio peso corporal, en principio, no pueda producir ningún problema, el estímulo será mínimo.
Por ello, para hacerla correctamente, tendremos que posicionar los pies a una anchura biacromial o un poco más ancha. A continuación, bajaremos hasta que nuestras rodillas alcancen un ángulo de 90° o inferior, y subiremos de manera explosiva sin llegar a bloquear las rodillas.
Podemos ayudarnos de nuestros brazos para mantenernos estables, ya que al principio, a la hora de ejecutar este movimiento, nos puede generar un poco de inestabilidad y no hacer las sentadillas correctamente.
Beneficios de las sentadillas
Cualquier tipo de actividad física, en general, tiene grandes beneficios para nuestra salud, pero hay ciertos ejercicios, como las sentadillas, que al ser tan intensas y al movilizar tanta masa muscular, puede aportarnos beneficios extras.
Entre los beneficios generales, nos encontramos con que este ejercicio nos ayuda a reducir la glucemia, los triglicéridos y el colesterol. Al ser un ejercicio que involucra tanta masa muscular, también requiere de muchas fuentes energéticas, haciendo que lo anteriormente comentado disminuya.
Esto a su vez hace que disminuya la presión arterial. Cuando la glucosa y triglicéridos que hay en el torrente sanguíneo disminuyen, la cantidad de plasma del aparato circulatorio también lo hace, por lo que la cantidad a movilizar es menor, por lo que no es necesario que el corazón bombee tan fuerte.
Finalmente, nos ayudan a ganar masa muscular y, en caso de querer perder grasa corporal, a mantener la que ya tenemos. Por otro lado, aumenta la fuerza que podemos ejercer con las piernas. También la potencia, que es la cantidad de fuerza que ejercemos por unidad de tiempo.
Esto puede hacer muy bien a nuestros mayores, los cuales suelen tener problemas de movilidad y necesitan de mayor cuidado. Realizar sentadillas adaptadas a su condición física podría aumentar su autoestima y capacidad de valerse por ellos mismos.
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