2009 nos dice adiós, apenas quedan unas cuantas horas de este año y muchos solemos hacer el balance general de lo que ha supuesto para nosotros el año que se va. Junto a esto lo que hacemos es fijar los propósitos para el nuevo que viene. Uno de los más habituales es el de apuntarnos al gimnasio para cambiar nuestro estado físico y mejorar nuestra salud. Se trata de un objetivo tan habitual como habitual es dejarlo en el intento, por eso es importante que sepamos lo que realmente queremos y lo que realmente es asistir al gimnasio.
La mayoría de las personas desconoce que entrenar en el gimnasio requiere un esfuerzo y dedicación. Muchas de las personas que se fijan para el nuevo año mejorar a base de entrenamientos creen que simplemente por apuntarse e ir aumentarán de volumen y perderán los kilos de más. Esto no es así, ya que trabajar nuestro cuerpo es un proceso lento y sencillo que se va notando día a día.
Las personas que se fijen como meta asistir al gimnasio en 2010 deben tener en cuenta una serie de indicaciones. Ante todo es importante que sepan que la paciencia es la base de todo entrenamiento, ya que con ella lograremos conseguir nuestros objetivos. Es fundamental que tengamos esto en cuanta y estemos al tanto de que en principio no conseguiremos realizar apenas ninguna rutina de forma completa, ya que al no estar acostumbrados a los entrenamientos el cuerpo necesita una fase de adaptación.
Superado este periodo será el momento en el que comenzaremos a ejecutar las rutinas de manera completa, pero eso sí, utilizando las cargas que nuestro cuerpo nos permita y al ritmo que podamos, ya que no nos sirve de nada intentar forzar, y mucho menos al comienzo, puesto que es el momento en el que se adquieren los principales vicios posturales que a la larga acabarán por pasarnos factura. Nunca nos tenemos que comparar con nadie, ya que esto suele ser uno de los motivos por el que abandonamos el gimnasio, ya que cada individuo evoluciona de una manera y la única forma de saber si progresamos o no es fijarnos en nosotros mismos.
Estos puntos son clave para evitar que los primeros meses de entrenamiento tiremos la toalla y apenas aguantemos unas semanas. Es necesario que seamos coherentes con nosotros mismos y sepamos que todo tiene su curso y que no podemos evolucionar a marchas forzadas. Si caemos en la trampa de obsesionarnos y matarnos para conseguir rápido lo que buscamos acabaremos por agobiarnos y asociar el gimnasio con algo con lo que se sufre para nada. Para evitar esto debemos entrenar a nuestro ritmo y obtendremos resultados poco a poco, puesto que cada día nos veremos más fuertes y con más ganas de seguir adelante.
Es necesario que cuando tomemos esta decisión sepamos que los entrenamientos son una vía de escape. Un momento para nosotros mismos en el que debemos disfrutar y no llevarnos mal rato. Partiendo de esta base lograremos mantenernos durante mucho tiempo trabajando nuestro cuerpo. Además, si no nos gusta un tipo de actividad podemos optar por otras que se ajusten más a nuestros gustos, ya que por suerte existen infinidad de actividades para todos los gustos y bolsillos.
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