Una de las grandes ventajas del entrenamiento en suspensión es que, guiado por profesionales, es adaptable a todos los niveles: desde principiantes hasta expertos. Lo único que debemos hacer es saber realizar las progresiones adecuadas para llegar desde los ejercicios más sencillos a otros que supongan un reto más grande. Te presentamos tres formas distintas de hacerlo.
En cualquier tipo de entrenamiento el principio de progresión es uno de los más importantes a tener en cuenta. Recuerda que antes de andar tenemos que aprender a gatear, y esto es aplicable a todos los ejercicios y disciplinas. Comenzar con movimientos más sencillos para ir aumentando la intensidad y la dificultad no sólo hará que mejoremos a nivel físico, sino que también supondrá un estímulo mental y de motivación.
El TRX o cualquier sistema de entrenamiento en suspensión es un instrumento muy versátil en manos de un buen instructor o entrenador personal. Partiendo de una evaluación previa del estado físico del alumno podemos evaluar cómo empezar a trabajar con él de forma personalizada: no es lo mismo entrenar con un principiante que nunca antes ha venido a un gimnasio que con una persona acostumbrada a hacer deporte y que tiene una buena base física.
Al trabajar con TRX podemos cambiar la intensidad de un mismo ejercicio de estas tres maneras:
Disminución de apoyos
Para los principiantes se recomienda siempre comenzar a trabajar en la "posición de compensación", es decir, con un pie delante y otro detrás. Esta posición hace que la base de apoyo del cuerpo sea más amplia y, por tanto, que seamos más estables. Si una vez que vamos mejorando queremos aumentar la intensidad del ejercicio, lo único que tendremos que hacer es colocar los pies a la misma altura pero separados, posteriormente colocarlos juntos y finalmente eliminar apoyos dejando alguna extremidad en el aire.
Creando una base de apoyo más pequeña demandamos más trabajo de nuestros músculos estabilizadores y añadimos más intensidad al ejercicio.
Ángulo del cuerpo respecto al anclaje
Pensad, por ejemplo, en realizar un press de pecho: cuanto más alejados nos encontremos del punto de anclaje, la inclinación de nuestro cuerpo será mayor, y el peso que moveremos con el ejercicio será más pequeño. En este caso, si nos colocamos directamente debajo del anclaje, prácticamente paralelos al suelo, estaremos cargando casi la totalidad de nuestro peso corporal y el centro de gravedad se encontrará fuera de nuestra base de apoyo, por lo que el ejercicio será mucho más intenso.
Posición inicial respecto al anclaje
Si dejamos que el TRX cuelgue libremente, éste caerá siempre debajo del punto de anclaje. Desplazándonos por delante o por detrás del punto de anclaje podremos incrementar la intensidad del ejercicio. En este caso se trata de jugar con la gravedad.
Un ejemplo: al realizar el ejercicio del escalador (mountain climbers) será más sencillo colocarnos por detrás del punto de anclaje, ya que la gravedad nos "empuja" para llevar las piernas hacia delante. Si, por el contrario, nos colocamos por delante, tendremos que "tirar" de las correas, que tenderán a desplazarse hacia atrás.
Estas son las tres formas básicas de aumentar la intensidad de los ejercicios con TRX. Otras técnicas pueden ser el trabajo isolateral o la inclusión de implementos como bosu o fitball.
¡Aumenta la intensidad de tu entrenamiento y descubre hasta dónde eres capaz de llegar!
Imagen | Thinkstock En Vitónica | Cinco beneficios del TRX o entrenamiento en suspensión
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