Muchas personas tienen alergias desde bien pequeños pero muchas otras empiezan a tener alergias a sustancias que antes eran inmunes, esto les genera ciertas dudas sobre la inmunoterapia o vacunación con alérgenos.
La inmunoterapia es el único tratamiento de origen etiológico, demostrable y viable para los procesos de causa alérgica. Entonces la vacunación con alérgenos son preparados biológicos que se administran en diferentes dosis con el antígeno que provoca la reacción alérgica al paciente, con el objetivo de mejorar los síntomas asociados a la exposición de ese alérgeno
Si es la primera vez que vas a realizar este tipo de tratamiento, te vamos a informar de todo lo que tienes que saber sobre la inmunoterapia con alérgenos o vacunas para la alergia: en qué consiste, cómo se aplica y todas las claves a tener en cuenta.
Toda la información ha sido sacada de las publicaciones informativas sobre la alergia del Ministerio de Sanidad y de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica.
Conservación de las vacunas
Todas las vacunas se deben conservar en una nevera a una temperatura determinada, que no puede ser más alta ni más baja de la que indica el protocolo. La temperatura ideal para conservar las vacunas existentes en el territorio español es entre 2 y 8 grados.
Es muy importante no romper la cadena del frío en ningún momento y mantener el frigorífico en perfecto estado y conectado directamente a la red eléctrica general, donde tenga la opción de estar conectado a un generador de emergencia, para evitar accidentes.
Se rotularán todas la vacunas según el día que se van a usar y su fecha de caducidad, ya que de esta forma se tendrá un mayor control de cuándo se tiene que administrar y hasta cuándo es viable la vacuna.
Indicaciones para el uso de la inmunoterapia
La inmunoterapia con alérgenos solo se debe administrar a aquellos pacientes con una alergia demostrable, donde se haya activado el mecanismo de defensa contra el alérgeno y tenga aumentado las IgE en sangre.
Para demostrarlo se tiene que demostrar mediante una sensibilización alérgica mediante pruebas a nivel subcutáneo o que el aumento de las IgE sérica corresponde al cuadro clínico correspondiente.
Cómo se administra
Por lo general las vacunas se administran por vía subcutánea, en la zona del músculo del deltoides o en los niños menores de 12 meses en el músculo vasto externo.
El bisel de la ajuga siempre tiene que estar hacia arriba y la jeringa en un ángulo de 45 grados, salvo en personas con sobrepeso o obesidad. La sustancia se debe inyectar de forma lenta, ya que así la reacción local es menor.
Cuando se administra la vacuna se debe pinzar la piel para crear un pliegue, y en el centro es donde se debe administrar la sustancia biológica. Es importante siempre desinfectar la zona con alcohol, para conservar el máximo la asepsia y la esterilidad de la aguja de la vacuna. Como es un tratamiento donde se administra más de una dosis, el protocolo indica que se debe alternar el brazo derecho con el izquierdo hasta terminar con el tratamiento.
La inmunoterapia también puede ser sublingual, ya que de esta manera eliminas los principales inconvenientes de la subcutánea que son molestias por la inyección, reacciones adversas más graves y la molestia de acudir periódicamente a recibir el tratamiento. En este tipo se administra en forma de gotas y se debe mantener 2 o 3 minutos debajo de la lengua, para posteriormente tragarlo.
Reacciones secundarias a la administración del tratamiento
En la inmunoterapia subcutánea las reacciones adversas consisten en eritema, inflamación y picor en la zona de la inyección de forma controlada que se alivia aplicando un poco de hielo local. Hay veces que estas reacciones aparecen una hora o más tras la administración.
En la inmunoterapia subcutánea por lo general es que las reacciones adversas empiecen entre los primero 30-60 minutos tras la administración.
En la administración subcutánea puedes aparecer también reacciones sistémicas aunque no son muy frecuentes. Estas son muy variables, desde una simple rinitis o urticaria tras la administración hasta un episodio de asma que derive a un shock anafiláctico. Es por ello que el paciente siempre deberá permanecer 30 minutos en el centro sanitario por si mostrase alguna reacción alérgica o secundaria desmedida a causa de la vacuna, independientemente del tipo de administración.
En el caso de la administración vía sublingual como reacciones locales podemos tener picor bucal o bucolabial, sensación de ardor, inflamación y dolores abdominales o diarreas. Estas reacciones suelen ser leves, poco frecuentes y que tienden a desaparecer de forma espontánea. Como reacciones sistémicas son poco frecuentes y muy parecidas a las de la administración subcutánea, pero a nivel bucal.
Contraindicaciones
No se debe realizar la inmunoterapia sin excepciones en pacientes que tengan estas siguientes patologías:
- Enfermedades de origen neoplásico o inmunológico.
- Enfermedades cardiovasculares graves.
- Patologías que contraindiquen el uso de adrenalina. La adrenalina es una medicamento imprescindible en el caso de reacción anafiláctica.
- Tratamientos con betabloqueantes, ya que estos dificultan la recuperación en el caso de una reacción anafiláctica.
- No usar en casos de asma severa o mal controlada.
- No usar en pacientes donde se ha determinado que no van a cumplir el tratamiento, esto es algo que tiene que determinar el doctor, junto con los tutores legales o los servicios sociales.
- Valorar si administrar en embarazadas si hay riesgo para el feto, ya que una reacción adversa mal controlada podría poner en peligro a la madre y al feto.
Es importante que, antes de tomar la decisión de no realizarte el tratamiento porqué formas parte de uno de estos grupos, consultes con tu doctor, ya que es quien va a determinar si puedes empezar con el tratamiento o no.
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