Este semana ya si hemos notado que el otoño ha llegado. Con las lluvias y la bajada de las temperaturas ya apetecen otros alimentos y preparaciones culinarias, como los platos calientes. Hoy en la dieta semanal comenzamos a meter platos como los pucheros, sopas o purés.
La elección de bebidas en la dieta
Hoy en día es raro ver a gente beber agua en las comidas. Las bebidas azucaradas y alcohólicas cada vez son más frecuentes y nos hemos acostumbrado a comer con ellas. El problema, además de que nos aporten un extra de calorías, es que pueden dificultar el proceso de digestión, sobre todo si se abusa de ellas.
La función fundamental de los líquidos en las comidas es facilitar el paso de los alimentos al estómago y allí su digestión, pero las bebidas gaseosas por ejemplo alteran el proceso digestivo y las azucaradas hacen que cada bocado tenga más densidad calórica. El agua sin duda es la mejor opción, aunque de forma esporádica podamos tomar otro tipo de bebida.
Con esto no estamos satanizando cualquier bebida que no sea agua, sino más bien que el agua se convierta en la bebida habitual para comer y para calmar la sed. El agua no aporta calorías extra, hidrata y no dificulta el proceso de digestión, sin duda, la opción más sana.
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