Pues sí queridos Vitónicos, lo reconozco, llevo varios años con épocas donde tengo el colesterol alto (por encima de 200) y no me preocupa lo más mínimo. Seguramente tras leer esto muchos de vosotros habéis pesando, este tío está jugando con su vida, pero hoy quiero hablaros de la gran mentira del colesterol malo.
Seguramente más de uno me tachará de ignorante, de loco sin estudios, dirán que no soy médico para poder decir nada sobre el colesterol, que para eso ellos son las eminencias en la materia, pero voy a hablar de la gran mentira del colesterol basándome en estudios científicos, simple y llanamente.
Un poco de historia
El gran mito de la relación de colesterol con enfermedades del corazón empezó con el patólogo alemán Rudolph Virchow que encontró un engrosamiento en las arterias de las personas a las que realizaba las autopsia y las atribuyó, sin más, a una colección de colesterol.
Más tarde el fisiólogo Ancel Keys publicó su artículo seminal “Seven Countries Study 1“ que sirvió de base para este mito, donde el estudio en el que se basó relacionaba el consumo de grasa saturada con enfermedad cardíaca coronaria. Eso sí, el estudio estaba trucado de los 22 países del estudio sólo se usaron los 7 con los que se demostraba su afirmación, pues analizando los 22 países, ninguna correlación pudo ser encontrado.
El aumento de la mortalidad por problemas cardiovasculares empezó tras la Segunda Guerra Mundial, justo cuando nuestra dieta empezó a sufrir cambios radicales con el aumento de hidratos de carbono y de aceites vegetales ricos en Omega 6 (girasol, maíz, soja, margarinas), los verdaderos responsables de la tragedia cardiovascular de hoy.
De hecho los niveles de colesterol actuales no son mayores que los de antaño, además un colesterol bajo está asociado con múltiples problemas de salud, tanto cardiovasculares como neurológicos. Lo que sí que padecemos exageradamente, hoy en día, es un creciente nivel de inflamación que destroza nuestras arterias, el corazón y, por ende, el resto de nuestros órganos vitales.
Estudios de validación del mito
Validar o refutar el mito del colesterol es simple, sólo hay que observar la correlación entre los niveles de colesterol y el endurecimiento de arterias debido a la placa acumulada (arteriosclerosis). En 1961 (1) Mathur analizó los niveles de colesterol y el grado de arteriosclerosis en 20 autopsias, así como otros 200 casos de literatura científica y fue imposible hallar un vínculo entre el colesterol y la placa arterial.
En 1962 (2) el American Heart Journal publicó una investigación del Dr. Marek que llegaba a la misma conclusión tras el estudio de 106 pacientes. Incluso antes, en 1932 (3), los doctores Landé y Sperry fueron incapaces de hallar correlación entre el colesterol y la placa.
En 1963 (4) el Dr. J. C. Paterson y su equipo realizaron un seguimiento de 800 veteranos de guerra durante años, realizando regularmente análisis de sangre controlaron los niveles de colesterol durante gran parte del tiempo en el que normalmente se desarrolla la aterosclerosis (entre los 60 y 70 años). Aún así su equipo tampoco encontró ninguna conexión entre el grado de aterosclerosis y el nivel de colesterol sanguíneo; los que poseían bajos niveles de colesterol padecían aterosclerosis en el mismo grado que aquellos con altos niveles de colesterol.
En 2002 (5), en UCLA, Horwich investigó la relación entre los niveles de colesterol plasmático y el riesgo de fallo cardíaco. Los niveles de colesterol alto se asociaron con los mayores índices de supervivencia y mejor pronóstico, mientras que los niveles más bajos fueron los que peor pronóstico y peor tasa de superviviencia mostraron, ahí es nada.
Otro estudio de 2003 (6), investigadores del Hecht and Harman of Beth Israel Medical Center de Nueva York emplearon tecnología de tomografías para comprobar hasta qué punto los medicamentos y terapias para reducir el colesterol reducían a su vez la placa. La diferencia encontrada fue de cero. Los autores del estudio afirmaron que la creencia de que cuanto más bajo sea el colesterol LDL (llamado ‘malo’), mejor, no está sustentada por los cambios en la progresión de la placa aterosclerótica.
En 2009 (7) la American Heart Journal publicó un seguimiento del Dr. Gregg C. Fonarow realizado entre 2000 y 2006 en 541 hospitales con 231.986 ingresos por enfermedad cardiovascular donde la mitad de los pacientes tenían el colesterol bajo, con lo que resulta inverosímil realizar una atribución causal entre el colesterol alto y el riesgo cardiovascular.
Existe un macroestudio del 2012 (8) de la Universidad de Ciencias Petursson en Noruega, con 57.087 personas durante 10 años, que encontró que un colesterol bajo aumenta la mortalidad y que no hay relación entre el nivel del colesterol y las enfermedades cardiovasculares. De hecho mirando las mujeres vieron que el colesterol moderadamente alto es cardioprotector y además se asocia con una disminución de la mortalidad por cualquier causa.
Se han realizado muchos más estudios similares en diferentes países (ver referencias bibliográficas (9),(10) y (11) aunque hay cientos de ellos) todos con el mismo resultado: ninguna correlación entre el nivel de colesterol sanguíneo y el grado de aterosclerosis , así que tras toda esta evidencia creo que puedes tomar tu mismo tus conclusiones.
Conclusión
Después de lo reseñado hemos visto como nos dirigen las farmacéuticas y los intereses económicos de algunos, recuerda que un servidor no gana nada con que dejes de tomar "las pastillas" milagro, sólo que quizá no deberías preocuparte tanto por el colesterol, y sí por hacer algo de deporte, controlar tu sobrepeso, dejar el tabaco, no abusar del azúcar... Eso sí, si vives desinformado completamente, haz siempre caso a tu médico antes de hacer caso a lo primero que leas por internet.
En la siguiente parte de este artículo trataremos las estatinas (en teoría controlan el colesterol) y algunas conclusiones generales. (Ya puedes acceder al post desde este link: segunda parte)
Referencias bibliográficas:
Imagen | Thinkstock, Xavi talleda
Ver 65 comentarios