Cómo una mala dieta puede acabar en ceguera

Una mala dieta a base de patatas fritas hizo que un adolescente inglés se quedara ciego. El chico, al que llamaremos Jasper, acudió a su médico de cabecera a los 14 años para preguntarle por su cansancio constante. Las pruebas revelaron que padecía de anemia y que sus niveles de vitamina B12 eran muy bajos. Se trataba de un chico quisquilloso a la hora de comer, pero sin problemas de salud.

El médico de cabecera le recetó inyecciones de vitamina B12 y le dio recomendaciones para mejorar su dieta, pero cuando ya tenía 15 años empezó a perder capacidad auditiva y a tener problemas de visión. Acudió a un otorrinolaringólogo y fue examinado por un oftalmólogo sin que pudieran encontrar ningún motivo para estos problemas.

A los 17, su visión empeoró hasta el punto de llegar a la ceguera. Fue transferido al departamento de oftalmología del hospital de Bristol, donde fue recibido por un especialista en neurooftalmología que le diagnosticó una neuropatía óptica (daños en el nervio óptico) y pruebas posteriores revelaron que la causa era nutricional. Contaba con varias deficiencias a nivel de micronutrientes, incluyendo bajos niveles de vitamina B12 (ya hacía tiempo que había dejado de recibir inyecciones de esta vitamina), vitamina D, cobre y selenio, así como altos niveles de cinc. Su densidad mineral ósea también era muy baja, probablemente como consecuencia de los bajos niveles de vitamina D.

Jasper confesó que había sido quisquilloso con la comida desde la primaria y que no comía algunos tipos de alimentos. Todos los días se comía su ración de patatas fritas de la tienda de fish and chips de su barrio, picando a lo largo del día patatas de bolsa, pan blanco, lonchas de jamón y salchichas.

A pesar de recibir suplementos nutricionales para tratar sus carencias, su visión no mejoró.

En nuestro caso de estudio, publicado en la revista científica Annals of Internal Medicine, llegamos a la conclusión de que la dieta de Jasper basada en comida basura y la limitada ingesta de vitaminas y minerales tuvo como resultado la aparición de una neuropatía óptica nutricional: un trastorno del nervio óptico esencial para la vista. Se trata de una complicación médica rara pero grave por culpa de varios tipos de carencias nutricionales.

Sabemos que las carencias en vitamina B1 (tiamina), vitamina B2 (riboflavina), vitamina B3 (niacina), vitamina B6 (piridoxina), vitamina B9 (folato), vitamina B12 (cobalamina), hierro, calcio, magnesio y cobre causan neuropatía óptica y son fácilmente diagnosticadas erróneamente como otros trastornos si el médico no cuenta con datos sobre el historial nutricional del paciente. 

Este trastorno es reversible si se detecta a tiempo, pero si no se trata puede llevar a daños estructurales crónicos en el nervio óptico e incluso ceguera, lo que ocurrió en el caso de Jasper.

Una nutrición adecuada 

Las carencias nutricionales son algo muy común y afectan a cerca de 2.000 millones de personas en todo el mundo. En países de ingresos bajos y medios, la pobreza y la mala dieta son los principales causantes de carencias de micronutrientes. Sin embargo, este tipo de carencias también existen en países ricos, como el Reino Unido, donde normalmente son causadas por problemas de mala absorción (problemas digestivos que interfieren con la absorción de nutrientes importantes en el estómago), drogas o mala dieta, en ocasiones en combinación con el consumo de alcohol o tabaco, o ambas cosas.

Que la causa sea estrictamente nutricional es algo raro en los países desarrollados, aunque los niños que son quisquillosos con la comida pueden seguir siéndolo en la edad adulta y acarrear consigo carencias nutricionales. También hay que tener en cuenta que las últimas modas en el consumo de alimentos pueden hacer que los casos de neuropatía óptica sean más comunes. Por ejemplo, el consumo generalizado de comida basura en detrimento de alimentos más nutritivos y el aumento de la popularidad del veganismo pueden acarrear carencias en vitamina D y vitamina B12, puesto que el pescado, la carne, los huevos y los lácteos son las principales fuentes de estas vitaminas en los alimentos. Sin la toma de suplementos nutricionales o alimentos enriquecidos, un veganismo estricto podría llevar a una ceguera irreversible.

La mayoría somos conscientes de que existe una relación entre el consumo de comida basura y salud cardiovascular, obesidad y cáncer, pero son pocas las personas que saben que una mala nutrición puede tener un efecto tan profundo en la vista.

Autor: 

  • Denize Atan. Consultora y Profesora Titular de Neurogenética, Neuroinflamación y Neurooftalmología, Universidad de Bristol. 

Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation. Puedes leer el artículo original aquí.

Imágenes | Unsplash

Traductor | Silvestre Urbón

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