La cebolla, por su fuerte aroma y sabor, muchas veces no es incluida en preparaciones cotidianas. Sin embargo, tiene mucho para ofrecer a la salud del organismo, por ello, os dejamos cinco razones para incluir cebolla a tu dieta habitual.
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Es fuente de prebióticos como la inulina y los fructooligosacaridos. Por eso, favorece el funcionamiento intestinal y ayuda a evitar el estreñimiento así como alimenta la flora intestinal mejorando las defensas del organismo.
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Ofrece antioxidantes importantes como la quercetina que además de proteger ante enfermedades comunes, se ha asociado a la prevención del cáncer y al incremento de la resistencia física en ciclistas.
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Beneficia la salud cardiovascular al contribuir a la reducción del colesterol en sangre así como a prevenir su acumulación en las arterias, es decir, disminuye el riesgo de aterosclerosis.
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Posee compuestos sulfurados que actúan como antimicrobianos y si bien también son los que nos hacen llorar cuando manipulamos cebolla, pueden alejarnos de infecciones bacterianas, problemas de garganta y otras enfermedades causadas por microbios frecuentes.
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Por último, son muy pobres en calorías pero poseen diversos nutrientes buenos para el organismo, pues con sólo 30 Kcal 100 gramos de cebolla puede ofrecernos potasio, magnesio, selenio, calcio, vitaminas del complejo B, fósforo y en escasas proporciones vitamina A y E.
Como podemos ver, no hay razones para dejar a un lado de nuestra dieta este alimento con tantos beneficios. Podemos incluir cebolla en la dieta habitual mediante una ensalada, en una salsa, en un pastel, para rellenar carnes, para elaborar snacks e incluso, como parte de infusiones o sopas.
Imagen | SoraZG
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