Estas sencillas tortitas de coliflor entran en la categoría de lo que conocemos como recetas fit -aunque el término no me termine de gustar-, recomiendo probarlas a todo el mundo, aficionados o no a esta verdura. Es un ejemplo más de la versatilidad de la coliflor y de cómo se puede transformar completamente cambiando la forma de cocinarla.
La coliflor ha ganado muchos adeptos por ofrecer una alternativa baja en hidratos -o lowcarb- a todo tipo de recetas, desde un falso cuscús a una base de pizza. En esta preparación solo hay que mezclarla con huevo y los aderezos deseados para tener un almuerzo, cena o merienda nutritivo y ligero.
Precalentar el horno a 190º C y preparar un par de bandejas con papel sulfurizado de hornear o láminas antiadherentes adecuadas.
Cortar la coliflor en ramillete, reservando los troncos y las hojas para otra preparación. Aquí se explica con detalle cómo separar los floretes fácilmente. Lavar y secar bien. Triturar usando un robot de cocina, trituradora, picadora o procesador. Cocinar 2 minutos al microondas a máxima potencia; remover y volver a cocinar 2 minutos más.
Batir en un cuenco los huevos -recomiendo que sean de buena calidad, no de gallinas enjauladas- con un chorrito de zumo de limón, pimienta, una pizca de sal y hierbas frescas lavadas al gusto, o hierbas secas.
Mezclar con la coliflor y combinar muy bien usando una espátula o lengüeta, procurando obtener una mezcla homogénea. Debe quedar una masa húmeda, que no se deshaga, maleable. Con una cuchara, formar unas 6-8 porciones en las bandejas, dándoles forma de tortita de un dedo de grosor.
Hornear durante unos 10 minutos, hasta que se hayan dorado. Con ayuda de una espátula fina, dar la vuelta con cuidado a cada unidad y hornear unos 2-5 minutos más. Ya se pueden comer, pero para que estén más ricas recomiendo pasarlas por una plancha ligeramente engrasada con aceite.
Con qué acompañar las tortitas de coliflor
Las tortitas fit de colifor encajan en cualquier menú, de comida o cena, o pueden ser un estupendo desayuno de media mañana, parte de un brunch o, en pequeñas porciones, una buena merienda. Con una ensalada completa tenemos una cena ligera pero saciante; podrían ser también guarnición de carnes o pescados.
Si cambiamos las hierbas y la pimienta por especias como canela o vainilla, podríamos servirlas con fruta fresca y yogur para tener una versión más dulce.