Además de hornear y cocinar con mantequilla de cacahuete, el formato harina o en polvo se ha vuelto también popular como alternativa saludable y mucho más nutritiva a otros ingredientes. Con estas galletas sin gluten ofrecemos una opción más golosa para recargar energías o darnos un capricho saciante para cualquier momento del día.
El aceite de coco virgen es una grasa que usamos por sus propiedades culinarias y como opción apta para todo aquel que no pueda consumir lácteos, pero podríamos usar mantequilla corriente, una versión vegana o incluso alguna mantequilla o crema de frutos secos. El aceite vegetal, por ejemplo de oliva, podría darnos una textura diferente ya que tiene una consistencia distinta, aunque es cuestión de experimentar.
No buscábamos unas galletas muy dulces, solo con un toque suficiente para satisfacer esos antojos golosos pero sin despertar demasiado el ansia por comer más o con un sabor demasiado palatable. En cualquier caso, es cuestión de gustos; si buscas algo más dulzón prueba a usar un edulcorante acalórico que te siente bien, pero siempre recomendamos reducir el nivel de dulzor de estas recetas para ir acostumbrando el paladar. Recordemos que los endulzantes de fruta secas pueden ser relativamente más sanos que el azúcar o la miel, pero siguen siendo muy energéticos.
Precalentar el horno a 180ºC con aire, si lo tiene. Preparar una bandeja grande con papel antiadherente o dos más pequeñas.
Mezclar en un recipiente el huevo con el aceite de coco, la leche y el sirope. Añadir los demás ingredientes salvo el chocolate, y trabajar la masa hasta que quede homogénea, lisa y blanda. Si estuviera muy seca, agregar un poco más de leche o aceite de coco, y si fuera muy pegajosa, más cacahuete o proteína.
Tomar pequeñas porciones con una cucharilla, bolear a mano y repartir en la bandeja. Según el tamaño nos saldrán entre 20 y 30 unidades. Engrasar o mojar un tenedor fino y presionar con suavidad cada bolita para aplastarlas un poco.
Hornear durante 9-10 minutos o hasta que empiecen a tostarse por arriba. Mientras se enfrían en la misma bandeja, derretir el chocolate picado en el microondas o al baño maría y pintarlas ligeramente, o bañarlas si se prefiere.
Con qué acompañar las galletas de cacahuete
Estas galletas energéticas hay que tomarlas totalmente frías y con el chocolate endurecido. Quedan más crujientes por fuera y ligeramente tiernas por dentro; no sirven mucho para mojar como una galleta tradicional pero están bien ricas con un vaso de bebida vegetal fresca, un café de sobremesa o alguna infusión al gusto. También son un excelente picoteo energético entre horas fácil de llevar, si nos manchamos con el chocolate cuando haga más calor y se derrita, o como recuperación tras un entrenamiento. En una bolsa hermética dentro de la nevera aguantan bien muchos días.
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