El aumento en el riesgo de padecer todo tipo de cánceres por el consumo excesivo de alcohol está más que demostrado. Los datos obtenidos en personas con un alto consumo de bebidas alcohólicas son más que conocidos, aunque poca importancia se le ha dado al posible efecto que conlleva el consumo ligero diario de alcohol.
De hecho, siempre se han oído recomendaciones saludables al respecto si la toma de alcohol diaria no rebasa ciertos límites: una cerveza al día o un par de copas de vino acompañando las comidas. Pero, ¿es realmente saludable "esa copita de vino al día"?
Efectos conocidos del consumo de alcohol
Según la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), el consumo elevado de alcohol está considerado el tercer factor de riesgo de enfermedad y mortalidad en Europa.
Concretamente, la Agencia de Investigación establece una relación directa entre el consumo continuado de bebidas alcohólicas y el aumento en el riesgo de padecer cáncer de colon y recto, de mama y ovario, laringe, hígado, esófago, cavidad oral y faringe.
La investigación concluye que en nuestro continente, un 10% de los casos de cáncer en varones son atribuibles al consumo de bebidas alcohólicas, mientras que en mujeres las cifras rondan el 3% de las pacientes afectadas.
Unos datos que, evidentemente, son más que conocidos y están más que contrastados. Sin embargo, a día de hoy estamos acostumbrados a escuchar que el consumo moderado o ligero de alcohol puede incluso ser parcialmente beneficioso, siendo incluido en la mayoría de dietas prescritas por facultativos.
Tanto es así, que incluso si hacemos un repaso a la desastrosa pirámide de alimentación oficial podemos observar que el consumo moderado de bebidas alcohólicas fermentadas, como la cerveza o el vino, están incluidas en el mismo escalón nutricional que las proteínas cárnicas. Lo podemos observar en la ilustración propuesta por la actualización piramidal saludable del SENC en el año 2015.
Entonces ¿es realmente beneficiosa "esa copita de vino"?
Todas estas afirmaciones y recomendaciones nos llevan pensar que el consumo ligero de bebidas alcohólicas, no sólo no es perjudicial, sino que además pueden conllevar ciertos beneficios. ¿Es esto cierto?
Parece que la realidad dista mucho de este tipo de recomendaciones oficiales y populares, ya que recientes meta-análisis no sólo demuestran que el consumo ligero o esporádico de bebidas alcohólicas es perjudicial, sino que incluso este bajo consumo de alcohol también está asociado a un mayor riesgo de padecer cáncer de la cavidad oral y faringe, el esófago y el seno femenino.
Además de estos datos, los estudios han encontrado por primera vez una relación significativa entre el consumo de alcohol y otros tipos de cánceres como el de próstata, a partir de un bajo consumo de volumen alcohólico (> 1,3, <24 g por día). Una afirmación que hasta el momento resultaba inconclusa y contradictoria.
Conclusiones
Con el paso del tiempo y la aparición de nuevos estudios y meta-análisis, parece que las antiguas recomendaciones que invitaban a tomar bebidas alcohólicas esporádicamente o de modo ligero, van cojeando por su propio pie y quedando obsoletas y contradichas.
Por supuesto que la toma de "esa copita de vino en las comidas" va a ser muchísimo menos perjudicial que la ingesta excesiva y continuada de alcohol, pero lo que queda claro es que la ciencia, según va avanzando, se reafirma en que: el alcohol moderado de beneficios... ¡nada de nada!.
En Vitónica | El alcohol con moderación también es perjudicial
En Vitónica | Algunos peligros y riesgos del consumo excesivo de alcohol, estudio reciente
Imágenes | SENC, iStockPhotos
Fuentes bibliográficas consultadas:
1.- BMC Cancer | Is alcohol consumption a risk factor for prostate cancer? A systematic review and meta–analysis | Jinhui ZhaoEmail author, Tim Stockwell, Audra Roemer and Tanya Chikritzhs | Nov 2016
2.- Contemporary Oral Oncology: Biology, Epidemiology, Etiology, and Prevention | Moni Abraham Kuriakose
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