La artrosis de rodilla es una patología que afecta a un elevado número de personas. Se suele asociar a la edad, aunque otro tipo de lesiones (condromalacia, acidentes, extracciones de menisco…) pueden acelerar la aparición de esta patología. Por todo ello, me parece interesante traer aquí las conclusiones de una revisión sistemática de tratamientos físicos para la artrosis de rodilla.
En esta revisión sistemática sobre terapias físicas en la artrosis de rodilla a la que hago referencia se analizan 193 ensayos controlados aleatorios, publicados en inglés entre 1970 hasta febrero de 2012.
Como resumen, en el blog al que enlazo como fuente se recogen una serie de puntos, que reproduzco a continuación (todo el mérito es de la fuente, que quede claro):
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Programa de Educación: no tuvo efecto estadísticamente significativo en el alivio del dolor.
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Propioceptivos: mejoría del dolor, pero no de la función o la marcha.
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Ejercicio aeróbico: mejora estadísticamente importante del dolor, la función y la marcha incluso a largo plazo.
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Ejercicio acuático: mejora la discapacidad pero no el dolor ni la calidad de vida.
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Ejercicios de fortalecimiento: mejora estadísticamente importante del dolor y la marcha, pero no la discapacidad ni la calidad de vida.
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Tai-chi: únicamente mejora la función pero con poca relevancia clínica.
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Masaje: únicamente mejora la función.
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Ortesis: no mejoran ni la función ni la marcha.
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Taping: evidencia de NO mejora del dolor, función y marcha.
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Estimulación eléctrica: mejoría a corto plazo el dolor (aunque empeora a partir de 3 meses). Evidencia de no mejora de la función, balance articular, marcha ni discapacidad.
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Campos electromagnéticos: Evidencia de NO mejora del dolor ni de la función.
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Ultrasonidos: mejoría clínica y estadística del dolor, la marcha y la funcionalidad. No mejoría de la discapacidad.
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Diatermia: redujo el dolor únicamente el primer mes, no se obtuvo ningún efecto en el resto de parámetros.
En definitiva, que hay medidas que tienen diferente utilidad. Algunos mejoran solo algunas funciones, mientras que otros, por sí mismos, parecen no ayudar mucho (por ejemplo, las órtesis, como rodilleras de varios tipos, o el uso de taping).
El ejercicio aeróbico parece ser que mejora el dolor, la funcionalidad y la capacidad de ejecutar la marcha, incluso a largo plazo, por lo que es una actividad muy a tener presente en este tipo de patologías. En cuanto a un factor muy importante que señalan diversos estudios es el cumplimiento del tratamiento, la adhesión, la motivación de la persona por realizar las pautas que se le dan.
Ejercicio controlado, cuidar el permanecer en un peso saludable, hábitos y estilo de vida saludabe y cuidar la alimentación son medidas muy positivas tanto para prevenir como para tratar la artrosis de rodilla, por lo que nadie debería resignarse a tomar pastillas, moverse menos y sufrir este tipo de dolores: siempre se puede hacer algo.
Desde aquí aporto mi granito de arena para hacer hincapié en la importancia del papel activo de la persona para aliviar los problemas derivados de la artrosis de rodilla, un mal tan frecuente. Para concluir, enlazo al post en el blog que he usado como fuente, donde también podéis acceder al artículo original de la revisión (gratuito, en inglés).
Fuente | updates en rehabilitación
Imagen | minnaert
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