Con el tiempo uno aprende a cuidar de su material deportivo y se da cuenta de esos pequeños detalles que hacen que dure más. Vamos a ver cuatro formas de cargarte tus zapatillas de correr, o visto de otro modo, las cuatro cosas que no debes hacer para quedarte sin zapatillas de running:
Utilizarlas para practicar otros deportes: sobre todo deportes colectivos. Jugar al tenis, fútbol, balonmano o similar con las zapatillas de correr va a acortar su vida de forma considerable. La suela tiende a gastarse muchísimo, debido a la superficie abrasiva de la pista, sobre todo por las zonas laterales de la puntera.
Meterlas en la lavadora: la única parte de mis zapatillas que meto en la lavadora son las plantillas y los cordones. El resto de zapatilla puede sufrir en exceso dando vueltas en la lavadora. La suela y amortiguación no se verán muy afectadas, pero el material de corte o tela sí, puediendo desgastarse mucho o arrugarse.
Meterlas en una maleta de viaje muy llena: corren el peligro de deformarse o perder capacidad elástica si las metemos en una maleta "a presión". Ten en cuenta que si el viaje es largo, la zapatilla puede estar torsionada o presionada mucho tiempo, viciándose luego en esa posición. Mi consejo si no tenéis espacio es que viajéis con ellas puestas.
Secarlas en un radiador: así es como me cargué unas de mis zapatillas preferidas. Después de lavarlas las puse encima del radiador para que se secaran antes. Al día siguiente estaban deformadas, habían menguado y no tenían nada que ver con las sensaciones que tenía al correr con ellas. Debemos dejar secar las zapatillas sin calor directo.
Las zapatillas son nuestras grandes aliadas, debemos cuidarlas para alargar su vida útil. No es cuestión de estar cambiando de zapatillas cada pocas semanas o mermar sus funciones demasiado pronto.
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Imagen | Unsplash
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