En los entrenamientos con cargas, aprende a escuchar tu cuerpo

Hace unos días os comentamos lo importante que es disfrutar mientras hacemos nuestras salidas corriendo, sobre todo porque en algunas ocasiones, con tantos weareables y apps para móviles nos hemos convertido en esclavos de las mismas, hasta tal punto que a veces perdemos la esencia principal del deporte: disfrutar y pasar un buen rato. Hoy os quería tratar este tema pero haciendo un poco de hincapié en aprender a escuchar nuestro cuerpo en los entrenamientos con cargas, que también es una asignatura importante.

Generalmente cuando comenzamos a ir al gimnasio, lo hacemos principalmente por una motivación principal que suele ser perder algo de grasa corporal aunque también puede ser que deseemos aumentar nuestra fuerza o incluso aumentar nuestra musculatura. En cada uno de estos objetivos, tendremos que planificar nuestras semanas de entrenamiento para poder lograr poco a poco resultados, pero también debemos aprender a escuchar nuestro cuerpo.

Por suerte o por desgracia, somos humanos y debemos aceptar que no somos máquinas ni robots a los cuales impartiéndole unas órdenes somos capaces de acatarlas y reproducirlas sin más. Tenemos sentimientos, estados de ánimo, en nuestra vida diaria influye mucho el estrés, cómo nos alimentamos y cómo descansamos, precisamente por todo esto, debemos aprender a controlar nuestros entrenamientos en función de nuestro cuerpo.

Con esto lo que quiero decir es, que si según nuestra planificación hoy tenemos que realizar 4 series de press banca con 75Kg, pero nos encontramos agotados porque hemos dormido mal o porque el trabajo nos ha estresado mucho, debemos aprender a no sobrepasarnos e intentar realizar ese entrenamiento lo mejor posible dentro de nuestras posibilidades, aunque haya que saltarse la planificación del papel.

Tampoco quiero que estas palabras sirvan como excusa para no realizar un buen entrenamiento un día tras otro, esto que comento puede sucedernos muy de vez en cuando, ya que, si no nos dedicamos específicamente a entrenar y a competir, el factor trabajo y rutina diaria pueden mermar nuestras fuerzas, pero en casos muy excepcionales.

De nada sirve ir al gimnasio cada día poniéndonos nuevas excusas siendo cómplices de nuestro propio estancamiento. Pero sí que debemos aprender a escuchar nuestro cuerpo y si algún día debemos frenar la intensidad, debemos saber hacerlo, al igual que, si un día nos encontramos verdaderamente más fuertes, siendo siempre conservadores y sin estropear nuestra progresión, podemos aumentar un poco más la intensidad si entraba dentro de nuestro programa.

Imagen | Thinkstockphoto

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