Cada vez son más los productos que nos encontramos en los gimnasios para mejorar nuestro rendimiento y dotar a nuestro organismo de lo que necesita, o creemos que necesita. Un ejemplo de esto son las bebidas isotónicas que están a la orden del día, y cada vez son más los que echan mano de ellas.
Nos hemos preguntado en numerosas ocasiones si realmente necesitamos este tipo de bebidas para poder hacer frente a la actividad deportiva, pero a pesar de eso, seguimos echando mano de los preparados isotónicos que nos venden como imprescindibles para todo deportista debido a la gran pérdida de sales minerales que experimentamos a través del sudor. Es cierto que esta pérdida se produce, pero no es estrictamente necesario estar enganchados a las bebidas isotónicas.
Cuando realizamos deporte nuestro cuerpo comienza un proceso para regular la temperatura a través del que aumenta la transpiración que habitualmente tiene. Este aumento de la sudoración hace que con los líquidos que expulsamos por los poros de la piel también eliminemos una serie de minerales necesarios para el buen funcionamiento muscular del organismo. Esta pérdida dependerá mucho del tipo de actividad deportiva que estemos llevando a cabo y de la intensidad de la misma.
Por este motivo es importante que tengamos en cuenta las necesidades que el organismo tiene de reponer sales minerales a la hora de practicar deporte. Ahora bien, viendo esta afirmación podemos pensar que las bebidas isotónicas son la mejor solución para estos casos. Nada más lejos de la realidad, ya que su contenido mineral es concentrado, pues encontramos mayor cantidad de estos componentes que en cualquier otro tipo de bebida que conozcamos, aumentando repentinamente nuestros niveles minerales, algo que no es del todo bueno para el organismo a no ser que la actividad deportiva realizada sea lo suficientemente fuerte para llevar a una pérdida tan alta de minerales a través del sudor.
Como hemos visto en anteriores post, mantener unos correctos niveles minerales en el organismo es fundamental para que los músculos, tendones y demás partes del sistema locomotor respondan adecuadamente al esfuerzo. Por este motivo debemos poner especial atención en esto, pero en ningún caso es necesario engancharnos a las bebidas isotónicas para conseguirlo. Desde luego que la mejor manera de hacerlo es a través de una correcta alimentación, encaminada a conseguir un buen funcionamiento del organismo.
El consumo de bebidas isotónicas está recomendado para los momentos en los que la demanda de sales minerales es inmediata debido a la intensidad del ejercicio y la gran pérdida de nutrientes que experimentamos. En este momento es cuando nuestro organismo necesita una dosis extra. En los casos en los que el ejercicio es mucho más pausado simplemente nos bastará con ingerir agua. Aunque existen otras soluciones como los zumos, ricos en minerales, la leche…
Es importante que tengamos esto en cuenta y no nos habituemos al consumo de bebidas isotónicas, pues es tan malo un exceso de minerales como un déficit, ya que poco a poco podemos contaminar nuestro organismo.
Imagen | vivekchugh
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