Que el esfuerzo es necesario, lo sabemos. Que hay que salir de nuestra zona de confort si queremos progresar lo tenemos clarísimo. Pero de ahí al típico "si no te duele es que no funciona" hay una brecha enorme. Eso por no hablar de algunas frases memorables que he escuchado, como "si no has terminado vomitando o si no te has desmayado es que no has entrenado bien".
Esforzarte, superarte y retarte día a día es algo que todos debemos hacer para mejorar. Buscamos un mejor tiempo en el crono, golpear más fuerte, levantar más peso o ser más ágiles. Pero para conseguir esto no tenemos que sufrir, hacernos heridas o lesionarnos. Tampoco significa acabar destrozados a nivel psicológico. No es bueno: es contraproducente a largo plazo.
Lo primero que tendríamos que tener claro es que cada persona es un mundo totalmente único, y que su tolerancia al dolor va a depender de muchos factores: de su predisposición a entrenar y de su motivación (un individuo desmotivado va a entrenar sin ganas y se va a quejar ya desde el calentamiento), de cómo se encuentra físicamente (si lleva tiempo entrenando o si es un novato), de su actitud (hay mucha gente que va a entrenar con miedo, pensando que seguro que se va a lesionar, y esto también juega en su contra) y del tipo de entrenamiento que se esté realizando.
Otro punto a tener en cuenta es saber distinguir entre "dolor" y "molestia". El dolor no debería aparecer nunca en un entrenamiento, al menos en la población general, sin entrar en temas de competición. La molestia puede aparecer y puede ser indicativo de que el músculo se adapta tras recibir un estímulo nuevo, distinto al que se ha realizado antes o con una carga mayor. Es importante conocer la diferencia entre ambas, y esto es subjetivo en cada persona, porque es lo que puede salvarnos de sufrir una lesión.
No pain, no gain o no brain, no gain?
"No pain, no gain" no significa que tengas que salir arrastrándote de la sala de entrenamiento y que al día siguiente no puedas ni levantarte; significa que en el momento en el que estás entrenando debes concentrarte y sentir que el músculo está trabajando. Por otro lado, aunque salgas baldado de entrenar, sin una alimentación y descanso adecuados, olvídate de progresar. Me gusta mucho más el motto de "Más no es mejor; mejor es mejor", sobre todo en el mundo del deporte, con referencia a un entrenamiento eficiente (que no tiene por qué doler más o ser más duro).
Entrenar más, sin dejar descansar al cuerpo, o utilizar pesos más altos de los que te corresponden con la esperanza de que eso te ayude a progresar más rápidamente es totalmente erróneo. Lo más seguro es que, si no descansamos de forma adecuada, lleguemos a un estado de sobreentrenamiento donde es seguro que el progreso se ve inhibido. Por eso es tan importante realizar una buena planificación de nuestro entrenamiento: "no brain, no gain" o entrena con cabeza.
¿Y los que están preocupadísimos porque no tuvieron agujetas después de un entrenamiento? Tranquilidad ante todo: las agujetas no son más que dolor muscular de aparición tardía, pero en ningún caso son indicativas de haber realizado un buen o mal entrenamiento. Lo que se busca con un buen entrenamiento es el crecimiento del músculo con el menor daño muscular posible, es decir, un crecimiento eficiente: según vamos mejorando en nuestro entrenamiento, nuestro cuerpo se hace más eficiente a la hora de reparar tejidos, y por eso las agujetas no aparecen. Pero esto no quiere decir que hayamos tirado por la borda el entrenamiento.
Terminar un entrenamiento cansado es normal; tener ganas de vomitar, sentir dolor (que no molestias) o mareos es síntoma de que algo no va bien.
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En Vitónica | Dolor vs Molestia ¿Cuándo hay que parar de entrenar?
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