En esta época del año las dietas para adelgazar florecen y tenemos a nuestra disposición variedad de opciones, entre ellas, algunas muy originales como es la dieta del potito que en esta ocasión colocamos bajo la lupa. Te contamos por qué comer potitos de bebé no te hará perder peso de forma saludable.
En qué consiste la dieta del potito
La dieta del potito, también llamada baby food diet, como su nombre lo indica consiste en alimentarnos a base de "tarritos" de papilla para bebé con el objetivo de perder peso.
Es una dieta que lleva años entre nosotros y que muchas famosas han puesto en práctica, entre ellas, Jennifer Aniston, Gwyneth Paltrow y Madonna han sido referentes en este régimen que hoy renace.
En su forma original permite la ingesta diaria de hasta 14 potitos de avena u otro cereal y verduras o frutas, o bien, otros a elección. Aunque también hay versiones en las que no existe límite para el consumo de potitos o bien, se añade en la cena un plato a base de una fuente de proteína y vegetales como puede ser un filete a la plancha y ensalada.
Sea cual sea la opción, la base son los potitos o productos diseñados para bebés que protagonizan esta dieta.
Los nutrientes de un potito
Para saber exactamente qué está ingresando a nuestro cuerpo con la dieta del potito es fundamental conocer qué encontramos en cada tarrito de comida de bebés.
Cada potito se compone de entre 190 y 240 gramos de alimento, es decir, constituye una ración reducida de comida en la cual solemos encontrar alimentos modificados por cocción adecuados para el proceso digestivo de un organismo en desarrollo que no soporta grandes cantidades de fibra.
En la mayor parte de los casos no añaden sal ni azúcares ajenos a los ingredientes que incluye, no poseen conservantes ni colorantes y algunos no poseen gluten en su interior.
Todos ofrecen un promedio de 65 Kcal por cada 100 gramos, es decir que cada potito nos aporta 130 Kcal aproximadamente por unidad y las mismas provienen sobre todo de hidratos de carbono, sobre todo si se trata de un potito de vegetales únicamente o de frutas, siendo en este último mayor el porcentaje de azúcares.
Una opción con más proteínas constituyen los potitos con pavo, pollo, merluza u otros pescados y carnes en su interior. Las grasas derivan en la mayor parte de los casos de aceite de oliva extra virgen y los hidratos de vegetales, legumbres o cereales como el arroz o la sémola de trigo en los casos más básicos.
El contenido de fibra ronda los 2 gramos, siendo superior en opciones de verduras únicamente, así como también se incrementa el aporte proteico a un 3% en productos con carnes o pescados.
Los pro y los contra de la dieta del potito
Dependiendo de cómo pondremos en práctica este régimen, la dieta del potito nos ofrecerá en promedio unas 1500 Kcal por día, pudiendo ser menos si no alcanzamos a los 14 potitos en el día o más dependiendo de la opción elegida.
Cada potito intenta ofrecernos nutrientes en forma equilibrada, sobre todo los que incluyen verduras, cereales y carnes o pescados, no obstante, son diseñados con ingredientes adecuados para el organismo de un bebé, es decir, un aparato digestivo aun no maduro.
Las "ventajas" de la dieta del potito
Una de las principales características positivas que todos ven a este régimen es la posibilidad de contar con preparaciones "balanceadas" en términos nutricionales sin tener que cocinar en absoluto. Es decir, resulta fácil de llevar a cabo y práctico si no somos amantes de la cocina.
Asimismo, si no nos interesa mucho el qué comemos puede resolvernos una comida en minutos, la degustaremos en poco tiempo y podemos trasladarla a donde sea.
Por otro lado, si somos activos físicamente esta dieta nos ayudará a perder peso en gran medida, ofreciendo menos calorías de las que necesitamos.
Las grandes desventajas y aspectos negativos de la dieta del potito
Entre los aspectos negativos que encontramos de la dieta del potito se encuentran sus rasgos propios de una dieta milagro, comenzando por el titular y continuando por enaltecer un producto concreto (en este caso los potitios).
Una gran desventaja es que puede no ser adecuada a todas las personas y aquellos que ingieran 14 potitos o más cada día, siendo sedentarios y con un metabolismo lento (por ejemplo una mujer de más de 50 años inactiva) puede no bajar de peso sino por el contrario, sumar kilos.
Por otro lado, el hecho de sumar sólo comida en papillas no nos saciará lo suficiente ya que no masticaremos y ésto ser producto de ansiedad, propiciando un comportamiento alimentario alterado.
Como si fuera poco, se trata de una dieta universal, que no contempla particularidades y en la cual pueden faltarnos micronutrientes de calidad diversos como vitamina C, vitamina D u otros así como fibra o proteínas si no escogemos los potitos adecuados o ingerimos cantidades insuficientes.
Es decir, no es una dieta libre de efectos secundarios, y en algunos casos puede no resultar favorable para adelgazar, pues se trata de una opción que no contempla particularidades, y se basa en alimentos diseñados para bebés, no para adultos.
Por todo esto, la dieta del potito es una dieta milagro más, no siempre efectiva para adelgazar, ya que con alimentos sólidos y más saciantes podemos lograr similar aporte de nutrientes y calorías fácilmente. Por eso, recomendamos poner en práctica un plan de adelgazamiento siempre de la mano de un nutricionista colegiado, un profesional que nos guíe contemplando nuestras necesidades, gustos, preferencias, nivel de actividad física y demás particularidades.
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