A la hora de salir a correr debemos tener en cuenta la importancia del terreno en el que vamos a desarrollar esta actividad, ya que de él dependerá el rendimiento que tengamos a lo largo de la carrera, así como las consecuencias que ésta puede acarrearnos.
Por todos es sabido que nuestras rodillas pueden verse muy afectadas por la práctica de la carrera, y es que tenemos que poner especial cuidado en ellas e intentar que reciban el menor impacto posible. Para conseguir esto es importante saber el terreno más adecuado para la práctica de esta modalidad deportiva. Además, dependiendo del terreno podremos rendir más o menos o conseguir que se nos haga más amena la práctica del atletismo.
Vamos a diferenciar entre varios terrenos. Destacaremos como principales superficies para correr el asfalto, la tierra, la pista de tartán y el césped o hierva. En todos ellos se puede llevar a cabo la carrera, pero algunos son mejores que otros. Por ejemplo, el asfalto tiene la ventaja de que es una superficie lisa y regular, con poca resistencia a la zancada, lo que permite que corramos más rápido. Además, casi siempre suele estar más iluminado para realizar carrera por la noche, y es un tipo de firme más concurrido por otros corredores, que pueden hacernos más amena la práctica.
A pesar de esto, el asfalto es el firme más duro que existe, por lo que su impacto en nuestras articulaciones es mayor. Se puede minimizar con el uso de calzado adecuado que lo absorba. Además, en la mayoría de casos el asfalto está inclinado hacia los lados para expulsar el agua, con lo que correremos inclinados con el riesgo de sufrir una lesión a la larga. No debemos olvidar que en el asfalto, al igual que en las pistas de tierra hay mucho tráfico que nos molesta al correr. En las pistas de arena este tráfico levanta polvo que afecta a nuestro rendimiento.
La pista de arena es más blanda y tiene menor impacto. Además, normalmente cuando realizamos carrera en este medio estamos en contacto directo con la naturaleza donde el aire es más puro. Pero es un inconveniente correr en esta pista cuando llueve, y es que nos ofrece más resistencia y nos hace la actividad más dura. No debemos olvidar que los caminos suelen tener piedras e irregularidades que en medio de una carrera pueden resultar fatales, y provocarnos una torcedura o cualquier otra lesión.
La pista de hierba es similar a la de arena, aunque absorbe más el impacto, pues suele ser un terreno más húmedo y por lo tanto blando. Pero esto también hace que nos ofrezca más resistencia y nos sea más difícil la practica de la carrera, ya que la sobrecarga muscular es mayor. Si llueve no podemos realizar deporte en este tipo de superficie, que retiene la humedad por más tiempo.
La pista de tartán es una de las superficies más adecuadas para correr. De hecho su finalidad es esa. Es un lugar que siempre está en perfectas condiciones independientemente de la climatología. Es una superficie lisa y que absorbe el impacto casi en su totalidad. Además de ser un lugar en el que siempre hay otros corredores que nos pueden acompañar mientras practicamos. Pero es un firme demasiado blando, y con un rebote fuerte, que a la larga puede dañar nuestras articulaciones, es por esto que es recomendable el uso de rodilleras que ayuden a mantener las articulaciones calientes y en su sitio.
A partir de ahora podemos elegir la pista que mejor nos convenga, aunque os recomendamos la alternancia de varios terrenos para no caer en la monotonía y prepararnos para cualquier escenario y condiciones.
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