Este es el impacto positivo que ocurre en tu cuerpo cuando tomas tomate a diario

El tomate es uno de los alimentos más utilizados en la dieta mediterránea. Lo consumimos a diario en las tostadas del desayuno y lo añadimos a nuestras ensaladas. Esa mezcla de tomate y aceite de oliva virgen extra produce en nuestro cuerpo una serie de mecanismos que nos ayudan a reducir enfermedades cardiovasculares y que disfrutemos de una piel más cuidada, entre otras muchas virtudes.

Esta fruta para los botánicos o verdura para los culinarios guarda en su piel y en su interior unos componentes activos, vitaminas y minerales que hacen que nuestro organismo funcione a la perfección. Si la acompañamos de otras frutas y verduras de todos los colores, además de una dieta saludable podemos observar efectos beneficiosos en nuestro cuerpo a corto y a largo plazo.

El consumo de tomate podría reducir el riesgo de cursar varias enfermedades

Una menor inflamación

No debemos confundir inflamados con hinchados. La inflamación es uno de los mecanismos que produce nuestro cuerpo ante factores nocivos como el sedentarismo o el consumo de una dieta insana. El consumo de tomate aporta flavonoides que tienen gran capacidad para evitar dicha inflamación.

Un nivel de inflamación elevada a lo largo del tiempo es el principal escenario para que se produzcan muchos fallos en nuestro organismo en forma de enfermedades. Un símil para verlo desde otra perspectiva es pensar que conducimos una fórmula uno con tornillos sueltos. En cualquier momento algo puede fallar.

La ingesta de tomate también nos puede ayudar ante una inflamación aguda, que es la que se produce después de un entrenamiento de cierta intensidad. Este tipo de inflamación se aleja mucho de la inflamación crónica que es la que desarrollan personas con obesidad o con alguna enfermedad cardiometabólica.

Mejora la función cardiovascular

Los carotenoides son un tipo de antioxidante que se encuentra en frutas y verduras de color amarillo, naranja o rojo. El licopeno y el betacaroteno son dos de esos carotenoides que suelen ser conocidos por su relación con el tomate. Se encuentra en frutas y verduras de color rojo, como los tomates y las sandías.

Ese poder antioxidante protege a nuestras células y tejidos eliminando los radicales libres que se producen en nuestro día a día por un estrés oxidativo. Gracias a ello se ven mejoradas una gran cantidad de funciones cardiovasculares, como la prevención del endurecimiento de las arterias o la disminución del riesgo de accidente cardiovascular.

Cocinar el tomate sin pelar con aceite de oliva virgen extra es interesante porque se aumenta la cantidad de licopeno y betacaroteno, y aporta todos los componentes saludables del aceite de oliva. Un ejemplo de ello es que prevenimos la acumulación de placa en las arterias, directamente relacionado con los niveles de presión arterial y, por ende, con las enfermedades cardiovasculares.

Podría ayudar a reducir el riesgo de cáncer

Otra de las virtudes del tomate es la prevención de ciertos tipos de cáncer. En esta enfermedad influyen una gran cantidad de factores por lo que el tomate por sí mismo no va a influir de forma significativa, pero sí puede contribuir a reducir en algunos aspectos la aparición de algunos de ellos como el cáncer de próstata o el cáncer de mama.

En un estudio comprobaron como las dietas ricas en tomate y otros alimentos altos en licopeno pueden reducir en un 31% el cáncer de páncreas. El cáncer de próstata, principal cáncer desarrollado en hombres, es otro de los tipos de cáncer que el consumo de tomate podría reducir, según el Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard.

El consumo de tomate se ve y se siente a corto plazo

Visión más clara y protección frente a problemas oculares

Al igual que tomate y licopeno (entre otros carotenoides) van de la mano, si hay una vitamina que destaca en este alimento en la vitamina A. ¿Adivinas qué componentes y vitaminas juegan un papel esencial en la vista? Sí, son algunos carotenoides y la vitamina A. Es por ello que nuestra visión puede verse mejorada con el consumo de tomate.

Una deficiencia de vitamina A hace que el funcionamiento de todo el entramado desde el ojo hasta el cerebro que se encarga de la visión no sea el óptimo. A su vez algunos carotenoides como el licopeno, la luteína y la zeaxantina se encargan de la salud ocular. Por lo tanto, el consumo de tomate nos puede ayudar a alcanzar los niveles óptimos de dichas sustancias y tener así los mecanismos de visión funcionando de forma óptima.

Una piel mejorada

Otra de las vitaminas con las que cuenta el tomate es con la vitamina C, de la que depende el colágeno. Anteriormente hemos destacado la labor de algunos componentes del tomate como protectores de radicales libres que pueden dañar nuestras células. Sabiendo que nuestra piel está formada por células, podríamos observar una mejora en dicha piel con el consumo de tomate.

Es debido a esa fuente de vitamina C que da firmeza a nuestra piel y ayuda al ciclo de renovación de las células que la forman. Consumir tomate contribuye también a alcanzar esos niveles adecuados de vitamina C para que nuestra piel luzca bien.

Resaca algo más corta

Lo mejor para no tener resaca es no beber alcohol, pero si ya es tarde para eso, el zumo de tomate forma parte de la lista de alimentos que pueden ayudar a paliarla. Puedes preparar algunas recetas con tomate ya que son ligeras y aportan hidratación, vitaminas, minerales y antioxidantes.

La dosis hace el veneno

Paracelso ya sentenció hace cinco siglos que todas las cosas son veneno y nada es sin veneno. Sólo la dosis hace que una cosa no sea un veneno. La mejor estrategia para aprovechar todos los beneficios del tomate abordados en este artículo no es comer más tomate, sino hacer que el tomate sea un alimento más en nuestra dieta.

Cada alimento cuenta con componentes activos, vitaminas y minerales, necesarios para el correcto funcionamiento de todos nuestros sistemas. Sin embargo, centrarnos única y exclusivamente en un alimento o en un grupo de ellos no es una buena idea.

Un exceso de tomate puede provocar algunos efectos secundarios como acidez estomacal o un reflujo ácido debido a un exceso de producción de ácido gástrico en el estómago. También puede aparecer desequilibrios intestinales como diarrea, o cálculos renales por una acumulación excesiva de calcio.

Uno de los posibles efectos secundarios de una ingesta elevada de tomate, o alimentos ricos en licopeno, podría desembocar en licopenodermia: la piel adquiere un tinte naranja fuerte. Por tanto, llena tu cesta de comida saludable donde primen las frutas y verduras de todos los colores, sin que se te olvide el tomate.

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Imágenes | Pexels, Pixabay, Unplash

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