El cáncer ocupa el primer o segundo puesto en la causa de muerte antes de los 70 años en la mayoría de los países del mundo, por encima de los accidentes cerebrovasculares y enfermedades coronarias. El crecimiento de esta enfermedad ha sido exponencial en los últimos años, lo que ha acelerado los esfuerzos por diagnosticarlo, prevenirlo y tratarlo. El estilo de vida juega un papel protagonista en la prevención del cáncer, siendo la dieta uno de los principales aspectos a tener en cuenta.
¿Cómo influye la dieta en el cáncer colorrectal?
El cáncer colorrectal es uno de los cuatro cánceres principales junto con el de pulmón, mama y próstata. En cada uno de ellos pueden influir diferentes factores, como por ejemplo el tabaquismo en el cáncer de pulmón. Sin embargo, todos tienen en común que la dieta puede ayudar a su prevención y mejora.
La dieta mediterránea es una opción excelente para prevenir diferentes tipos de cánceres, entre ellos el colorrectal: alto consumo de frutas y verduras, legumbres, granos integrales, frutos secos, aceite de oliva virgen extra y pescado. A su vez alejamos productos que cuentan con pruebas sólidas del aumento de cáncer colorrectal: carne procesada, el azúcar refinado y los ultraprocesados.
Pescado y cáncer colorrectal: conexión directa
El pescado contiene muchas proteínas de alta calidad, grasas saludables y micronutrientes esenciales (vitaminas y minerales). El pescado graso, también conocido como pescado azul, es una fuente espectacular de ácidos grasos poliinsaturados, entre los que destacan el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA) por sus propiedad antiinflamatorias y anticancerígenas.
Unos niveles elevados de los ácidos grasos propios del pescado se relacionan de manera inversa con el riesgo de cáncer colorrectal. Esa es la firme conclusión de una reciente investigación que abarcó 25.000 casos de cáncer colorrectal de entre 2,2 millones de personas.
Se debe tanto al efecto protector de los ácidos grasos, como al alejamiento de otros alimentos como la carne roja. Dichos ácidos grasos podían ser consumidos tanto directamente de pescados ricos en grasas como de suplementos de EPA y DHA.
Pescado enlatado y cáncer colorrectal: ¿se mantiene la conexión?
El pescado rico en grasas poliinsaturadas puede ser consumido fresco o enlatado. El consumo de conservas de pescado ha ido en aumento en los últimos años por su facilidad de preparación y rapidez. Sabiendo que el pescado fresco si se correlaciona de manera inversa con el cáncer colorrectal, ¿ocurre lo mismo con el pescado enlatado?
Esa fue la pregunta que se hicieron los investigadores de un estudio publicado hace menos de un mes en la revista Nutrients. Sus resultados coinciden con los del pescado fresco: el pescado enlatado rico en ácidos grasos poliinsaturados disminuye el riesgo de cáncer colorrectal.
El efecto protector del pescado enlatado fue similar al del pescado fresco, lo que sugiere que el consumo de pescado ofrece protección contra el cáncer colorrectal, independientemente de cómo se procese.
Por tanto, podemos almacenar unas latas de sardinas, caballa, atún, anchoas, etc. y utilizarlas cuando tengamos poco tiempo para cocinar. De esa forma evitaremos consumir otros alimentos rápidos poco saludables, a la vez que aportamos a nuestro organismo unos nutrientes muy valiosos.
Imágenes | iStock, Unsplash
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