El Yoga no cura. Directos al grano porque es mejor dejarlo claro cuanto antes. Por mucho que algunos programas de televisión digan en prime time que el Yoga "sana mucho" la realidad es que el Yoga no es una medicina ni un tratamiento y por tanto lo adecuado para tratar una enfermedad es acudir a un profesional de la salud que nos pueda diagnosticar y poner un tratamiento adecuado para nosotros.
Ahora bien, dicho esto, vamos a intentar establecer cuáles son las evidencias respecto a la utilidad del Yoga como cura y qué es lo que puede hacer esta conocida actividad por nuestra salud y nuestro bienestar.
Lo que sabemos del Yoga como cura para enfermedades
En muchas ocasiones hemos visto noticias de estudios que aseguraban que el Yoga podía ser utilizado para tratar el asma, los dolores de espalda, la diabetes, el cáncer de pecho, la depresión y un largo etc.
La realidad es que las investigaciones que han analizado estos estudios, como el realizado por Cramer, en el que analizaba hasta 366 estudios diferentes, encuentran que la mayoría de estos ensayos tienen muestras muy pequeñas. Además de esto, hay que tener en cuenta que en la mayoría de ellos lo que se tenían en cuenta eran los ejercicios físicos y la respiración - sin tener en cuenta temas como si hacían o no meditación durante la actividad -. En casi ninguno de los casos se comparó la efectividad del Yoga con la de otros tratamiento y en muchas de las investigaciones se utilizaron únicamente participantes sanos. Por ello, la conclusión de Cramer es que la evidencia existente con respecto al Yoga y su efectividad contra enfermedades es escasa o inexistente.
Pero esta no es la única revisión que sugiere esto mismo. En 2013 McCall y su equipo llevaron a cabo en análisis de 67 estudios diferentes, en los que se evalúa el efecto del Yoga como tratamiento en 16 enfermedades diferentes. Estos investigadores encuentran que la calidad que las evidencias que podrían sugerir alguna efectividad del Yoga como tratamiento es baja y que, además, son difícilmente generalizables.
No son los únicos, tanto Verrastro en 2014 como Büssing en 2012 indican que las evidencias son inconsistentes o limitadas y que no se ha comprado que esta práctica sirva como cura de ninguna enfermedad por sí misma.
El Yoga puede ayudarte a sentirte mejor
Sin embargo, lo que sí parece ser verdad es que el Yoga puede ayudarnos a sentirnos mejor en algunos casos si lo usamos como deporte de elección. ¿Esto qué quiere decir? El efecto beneficioso que el Yoga pueda tener en nosotros se debe a su calidad de deporte - y su capacidad de enseñarnos a respirar - y no tanto a la filosofía que pueda haber detrás o a la meditación en sí.
Algunas investigaciones, por ejemplo, encuentran que puede ayudar a mejorar nuestra salud cardiovascular. La muestra de estos estudios también es pequeña, pero lo más significativo es que no encuentran diferencia significativa entre el uso de el Yoga o de otro ejercicios físicos.
Igualmente, un meta-análisis realizado para evaluar el efecto del Yoga en la hipertensión encuentra que puede reducir la presión sanguínea - en los casos en los que se haga una práctica de Yoga que implique alta actividad física - en comparación con quienes no llevaban a cabo ningún otro tratamiento. Sin embargo, no había diferencias cuando se comparaba con quienes hacían algún otro tipo de ejercicio físico.
Es decir, el Yoga puede ser beneficioso para nosotros en tanto en cuanto se trata de un tipo de ejercicio físico. Si esta práctica es nuestro ejercicio físico de elección porque nos gusta, nos sentimos cómodos o nos va bien por nuestras condiciones físicas, este puede ser de ayuda en algunos casos.
Por ejemplo, el Yoga puede ayudarnos a dormir mejor ya que nos ayuda a aprender a controlar nuestra respiración. Este es un paso clave para conseguir relajarnos y dormir de manera más correcta.
Además, algunas personas que sufren cáncer de mama pueden también presentar dolores en los hombros y en los brazos. La realización de ejercicios de estiramiento y de relajación parecen ser capaces de reducir estos dolores. Por ello, la práctica del Yoga de forma leve podría ayudar a aliviar ese malestar.
En definitiva, el Yoga, igual que cualquier otro ejercicio físico, no cura ninguna enfermedad y en ningún caso puede ser utilizado como reemplazo de un tratamiento marcado por nuestros médicos. Lo que sí parece que puede hacer por nosotros, como otros ejercicios físicos, es ayudar a controlar nuestra presión sanguínea, reducir algunos de los factores de riesgo relacionados con la salud cardiovascular, enseñarnos a respirar de manera que nuestro cuerpo reciba más fácilmente la señal de relajarse o ayudar a aliviar o mejorar algunos dolores físicos.
En cualquier caso, debemos tener en cuenta que haciendo Yoga también podemos lesionarnos y hacernos daño o empeorar alguna lesión o condición previa. Por ello, si estamos pensando en iniciarnos en esta actividad pero padecemos alguna condición física, debemos consultar a nuestro médico. Igualmente, si somos novatos y vamos a empezar ahora, lo mejor es asistir durante un tiempo a alguna clase donde un profesional nos pueda enseñar a controlar la postura de manera que no nos lesionemos.
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