El deporte y el medio ambiente van estrechamente unidos en estos días en los que la moda ecológica que vivimos inunda todos nuestros aspectos vitales. La contaminación repercute en nuestra salud y por ende, en nuestro rendimiento deportivo.
La preparación y el rendimiento se ven afectados al realizar esfuerzos físicos en ciudades cada día más contaminadas y en las que la llegada de oxígeno se ve reducida al encontrarnos con altos niveles de polución que afectan a nuestra salud de formas que aún desconocemos.
Las proporciones de dióxido de carbono en el aire son cada vez superiores y esta sobrecarga de sustancias negativas para el organismo influyen en nuestro estado físico y por extensión en nuestro rendimiento deportivo.
Existen estudios realizados a atletas que ejercitándose en igual intensidad y duración pero en diferentes localizaciones diferenciadas por sus niveles de polución, dieron resultados sorprendentes. Se usaron baremos de entrenamientos en diferentes alturas, en ambientes urbanos y en poblaciones más aisladas... Los resultados afirmaron científicamente que la influencia de un medio ambiente adverso afecta al rendimiento psicofísico y la salud del deportista.
Otros factores menos atacados pero igualmente importantes son los ruidos (contaminación acústica) y el impacto directo del sol que al tener menos resistencia en la capa de ozono, llega a ser muy virulento.
Los altos sonidos también nos influyen ya que con sonidos de grandes decibelios, se produce un aumento de los niveles de presión arterial y de frecuencia cardiaca que provoca que se llegue antes al estado de fatiga.
En Vitónica: Correr es bueno pero alejado de la contaminación