Las brevas son la avanzadilla de los higos que nos regalan algunas higueras en las primeras semanas de calor antes incluso del arranque oficial del verano. Ambas variedades comparten virtudes nutricionales y gastronómicas, y son un bocado delicioso para consumir casi a cualquier hora, más allá de dulces y postres, por ejemplo combiándolas con un lácteo proteico.
Inspirada en la propuesta con burrata de la dietista-nutricionista Raquel Bernácer, esta sencilla receta es una apuesta por destacar el carácter dulzón y jugoso de las brevas creando un refrescante contraste con el aliño cítrico y picante que da el toque de gracias al queso cottage.
Este lácteo, bajo en grasas y rico en proteínas, vitaminas y minerales, es similar al requesón aunque más suave, casi un lienzo en blanco para aderezarlo con lo que nos apetezca. Saciante pero digestivo, combinado con las brevas frescas o higos crean un bocado que puede ser perfecto para el desayuno, para reponer energía tras practicar deporte, como merienda o primer plato.
Ingredientes
- Breva o higos frescos (según temporada) 4
- Queso cottage o requesón 200 g
- Guindilla fresca roja o verde 1
- Lima 1
- Aceite de oliva virgen extra
- Cebollino
- Pimienta negra
- Sal
Cómo hacer brevas o higos con queso cottage
- Tiempo total 15 m
- Elaboración 15 m
Lavar con suavidad las brevas o higos, secar y cortar la parte de la piel que pueda estar más dañada o fea. Cortar en cuartos longitudinalmente. Lavar y secar igualmente la lima, la guindilla y el cebollino, picando en piezas muy pequeñas estos últimos.
Repartir el queso cottage en platos, cuencos o disponer en una fuente más grande. Disponer encima las brevas cortadas y aderezar con la guindilla y el cebollino. Añadir ralladura fresca de lima, salpimentar ligeramente y rociar con un poco de zumo de la lima. Finalizar con buen aceite de oliva virgen extra.
Con qué acompañar las brevas o higos con queso cottage
Estas brevas con queso cottage son un buen desayuno saciante para los que disfruten de los contrastes dulce-salado y con su puntito picante, y no hacen mala pareja con el café de primera hora. También encajan en un menú de almuerzo o cena, como aperitivo o primer plato, y también pueden ser una excelente guarnición de, por ejemplo, pollo a la plancha o unas brochetas de tofu.
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