A estas alturas, ya casi todos tenemos claro que cuando acudimos a restaurantes, puestos de comida, comedores, etc. estos tienen que cumplir ciertas normas de seguridad, de manera que no exista ningún riesgo para los consumidores. Sin embargo, cuando se trata de nuestras casas, todavía no tenemos claras todas las normas que deberíamos cumplir para no ponernos en riesgo. Estas siete normas de seguridad nos ayudarán a cocinar de manera más segura.
No lavar los huevos
Toda la vida he visto a mis familiares lavar los huevos frescos al llegar a casa para quitar la suciedad de las gallinas. Sin embargo, esto es un error. La cáscara de los huevos es porosa y al limpiarla y humedecerla, lo que podemos estar facilitando es que las bacterias traspasen esta cáscara. Lo ideal es que antes de cocinarlos los rompamos en una superficie diferente a la que vamos a usar para cocinar y después la limpiemos bien.
Nunca descongelar a temperatura ambiente
Lo he hecho yo, lo has hecho tú y lo ha hecho todo el mundo: dejar descongelando algún alimento fuera de la nevera toda la noche. La verdad es que, aunque lo hagamos, es una muy mala idea. A temperatura ambiente las bacterias pueden comenzar a proliferar y generar que el alimento no sea apto para consumir. Lo ideal es dejar descongelando el producto en la nevera.
Lavar frutas y hortalizas bajo el agua corriente
Si no lavas toda la fruta y hortalizas que vas a consumir, especialmente cuando las vas a consumir crudas, es hora de que empieces a hacerlo. Esto incluye los casos en los que después vayamos a pelarlas. Lo adecuado es que lo hagamos bajo el chorro del agua sin jabón. En el caso de algunas frutas u hortalizas con cáscara dura podemos utilizar un cepillito para ayudarnos.
La comida siempre al frigorífico
Terminas de cocinar, comes y las sobras se quedan en la sartén esperando a que decidamos qué hacer con ellas. En algunos casos, si no limpiamos la cocina inmediatamente, pueden pasar bastante tiempo al aire libre. Esto es un error. Lo adecuado es que, la comida cocinada que no se va a comer, se introduzca en la nevera los antes posible, de manera que nos aseguremos de que las bacterias no empiezan a hacer de las suyas y evitemos intoxicaciones.
Asegurarnos de limpiar paños de cocina y estropajos
Nuestros trapos de cocina y estropajos no siempre se limpian todo lo a menudo que deberíamos. Sin embargo, se trata de algo muy importante. Estos trapos y esponjas acumulan grandes cantidades de bacterias y si los utilizamos sin estar bien limpios para secar superficies donde cocinamos, utensilios de cocina o, incluso, alimentos, corremos el riesgo de traspasar las bacterias de unas a otros. Los estropajos también deben ser desinfectados con asiduidad.
No utilizar los mismos utensilios para alimentos crudos y cocinados
Uno de los errores más habituales es utilizar el mismo cuchillo sobre la misma tabla para cocinar diferentes alimentos. Esto puede ser causa de una contaminación cruzada. Especialmente cuando cortamos alimentos que vamos a consumir crudos y alimentos cocinados o que vamos a cocinar.
Lo adecuado es que tengamos una tabla de cortar para cada grupo de alimentos (carne cruda, pescado crudos, vegetales, etc.) o bien que nos aseguremos de desinfectar bien los utensilios antes de pasar de un alimento a otro.
Cocinar bien todos los alimentos
No basta con cocinar los alimentos para asegurarnos de que es seguro consumirlos: hay que cocinarlos bien y asegurarnos de que la cocción termina en todas las zonas del alimento. Esto quiere decir que no es adecuado que haya zonas del alimento sin cocinar del todo. Especialmente en el caso de carnes de ave o pescados.
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