La carne que no es carne: qué es, qué tiene de especial, y por qué ha aparecido en los supermercados

Santiago Campillo

Colaborador

Licenciado en Biología, divulgador científico y autodidacta a tiempo parcial. Gentilhombre del S. XXI. La Comunicación Científica es mi pasión y también mi profesión cuando se deja. Inquieto por naturaleza, cómodo por vicio y creativo por enfermedad.

Hace ya mucho tiempo que la industria trata de hacer un sucedáneo de carne lo suficientemente bueno como para que sea un sustituto cuasiperfecto. Por el momento, no lo han conseguido, pero la carne de Beyond Meat se le acerca.

Al menos eso parece si atendemos a la extrema fama que ha adquirido últimamente este producto; cuyo debut en bolsa, el pasado mayo, fue un impulso notable a la comercialización de este tipo de productos.

¿Qué es la carne que no es carne?

Lo cierto es que Beyond Meat no es la única marca vegana que trata de reemplazar la carne por productos similares pero de origen vegetal. Eso sí, a pesar de los intentos de la industria, todos los sucedáneos no han pasado de ser, eso mismo, sucedáneos. Sin embargo, sin querer centrarnos en esta marca, no podemos evitar sacarla a colación.

A pesar de la diferencia organoléptica, las hamburguesas veganas de esta empresa parecen haber irrumpido en el mercado con una fuerza descomunal. Así, nada más salir a bolsa, el valor de las acciones se disparó un 163%. No es que esto hable de la calidad del producto, de forma directa, pero sí de su popularidad, lo que atrae la atención de los inversores.

Pero, ¿qué son? En realidad, estas hamburguesas de "carne vegetal" han sido desarrolladas para tener una apariencia y textura muy parecida a sus homólogas de origen animal. Aunque el sabor no es el mismo, sí que es bastante aceptable, según afirman los consumidores. Su precio es de casi siete euros por dos hamburguesas de 113 gr, aunque estas no son el único producto, y Beyond Meat es pionera en crear este tipo de alimentos sustitutivos.

Estos procesados están hechos a partir de proteína de guisante, aceite de colza y aceite de coco refinado, proteína de arroz, saborizantes naturales vegetales, manteca de cacao, proteína de judía, metilcelulosa, almidón de patata, extracto de manzana, sal, cloruro de potasio, vinagre, concentrado de zumo de limón, lecitina de girasol, granada en polvo y extracto de zumo de remolacha. El resultado es similar al de la carne en aspecto y textura, aunque el sabor es distinto, más suave, pero sin un ápice animal en ella.

¿Es sana la hamburguesa de 'Beyond Meat'?

Una de las cuestiones más comunes a la hora de buscar comida vegana es si son o no son sanas las opciones de las que disponemos. Atendiendo a los ingredientes y la tabla nutricional, y aprovechando para comparar con una hamburguesa de vacuno normal, la de Beyond Meat es ligeramente peor en cuanto a opción nutritiva. Entre otras cosas, es más calórica, contiene más grasa, más azúcares y menos proteína.

Por otro lado, la proteína del sucedáneo de carne parece de bastante calidad, con un perfil completo, aunque podría preocuparnos su biodisponibilidad. La hamburguesa de vacuno es de alto valor biológico y con alta biodisponibilidad, así que en este aspecto también se queda un poco por detrás.

Lo peor, sin embargo, está en sus ingredientes. Como es obvio, la carne que no es carne de Beyond Meat es un alimento altamente ultraprocesado. Contiene varios aceites de calidad baja (lo que se aprecia en sus grasas saturadas, por ejemplo), fécula de patata sin valor nutricional y manteca de cacao sin el resto de ingredientes del cacao.

En general, no podemos decir que esta hamburguesa sea más sana que la de vacuno (normal, no ultraprocesada). De hecho, tampoco podemos decir que sea sana. El hecho de que tenga un origen vegetal no es una razón suficiente para avalar esta afirmación, y debemos tener en cuenta que es altamente grasa y con ingredientes ultraprocesados, lo que le resta valor nutricional.

¿Por qué está siendo tan famosa?

A pesar de que nutricionalmente es un producto ultraprocesado, parece que el valor organoléptico es su mayor fuerte. A los consumidores les sorprende comer un producto que emula la carne sin que tenga un solo ápice de carne. Pero, además, el producto parece sabroso y está gustando entre los consumidores.

Tanto es así que es de los primeros productos enteramente veganos sustitutivos de la carne que ha llegado a varias cadenas de hamburguesas a nivel internacional. Poco a poco, este producto está alcanzando también las grandes superficies comerciales, de manera que podemos hacernos con ellas.

Pero detrás de la propia experiencia existe, probablemente, un mundo cada vez más concienciado con el medio ambiente, el bienestar animal y, sí, por qué no, con la salud y la nutrición. Pero esto plantea un problema y una reflexión que deberíamos hacernos a la hora de optar por este tipo de sucedáneos.

¿Para qué querrías carne que no es carne?

Lo cierto es que, aunque las hamburguesas de Beyond Meat surgen como una opción vegana para los que "echan de menos la carne", el sentido es un poco contradictorio. A nivel ético parece un poco irónico buscar la textura y el sabor de un alimento que está ligado a los productos animales. ¿Realmente es necesario? Por supuesto, esto depende de los gustos de los consumidores, pero no resulta especialmente coherente.

Esto coge más peso cuando invertimos el sentido de la cuestión: existen muchas personas que no practican el veganismo ni el vegetarianismo que optan por este tipo de productos por varias cuestiones: sentido ecológico y/o búsqueda de una mejora nutricional. Sin embargo, con un producto ultraprocesado como este no se consigue ni una cosa ni otra. Por descontado, podemos optar por comer este tipo de productos por el puro placer de hacerlo. ¿A quién no le apetece un capricho de vez en cuando?

A nivel ecológico, los campos de colza, palma y otras grasas utilizadas en este tipo de productos suponen un grave impacto ecológico local. La huella de carbono en su producción y transporte también. Por mucho que se vendan como una supuesta opción más ecológica, no parece que realmente lo sean.

Por otro lado, a nivel nutricional, como ya hemos dicho, no son más sanas. Por tanto, escogerlas porque tienen origen vegetal, en vez de animal, tampoco parece una opción adecuadas. Solo tendría sentido en el caso de padecer algún problema de salud con la carne o en el caso de querer combatir el sufrimiento animal. Pero tanto en uno como en otro caso, ¿no sería mucho más lógico buscar una alimentación vegetal sana y deliciosa, sin maltrato animal, alejada de los productos relacionados con una industria contraria a la ética de estos pensamientos?

Imágenes |Unsplash,  Helen Alfvegren/Flickr
 

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