Qué son las estrías blancas que puedes encontrar en las pechugas de pollo del supermercado

El rápido crecimiento muscular genera en los pollos, al igual que en los humanos, estrías que no afectan a la salud por su ingestión

El periódico 'Público' lanzaba hace un par de días un titular muy llamativo, a la vez que alarmante: "El 98% de las muestras analizadas de las pechugas de Lidl España provienen de pollos con anomalías". La realidad es que esas anomalías no son más que estrías blancas que tienen los pollos por el sistema intensivo de producción actual debido a su rápido crecimiento. No hay problemas para la salud por consumir esta carne, ya que esas formaciones no son más que una modificación a nivel muscular del pollo, como también sucede en humanos cuando aparecen las estrías.

Anomalías "normales" de las pechugas de pollo de Lidl

Las anomalías son las estrías blancas, pero no suponen ningún riesgo para la salud

Cuando leemos "anomalías" nuestra mente nos lleva a pensar todo tipo de posibilidades, pero en este caso no es más que las típicas estrías que aparecen en la piel animal cuando su crecimiento ha sido muy rápido. Estas estrías no suponen ningún riesgo para la salud por sí mismo.

No es algo únicamente de Lidl, sino del sistema de producción

Las estrías son fruto del rápido crecimiento del pollo debido al cambio en los sistemas de producción actuales. No hay una manipulación genética ni hormonal, simplemente se forman miopatías: el tejido muscular "se rompe" y en su lugar se forma tejido adiposo o conectivo (como cuando se forman estrías en nuestra piel).

Las estrías blancas también nos salen a los humanos

Seguramente hayas visualizado a alguien con estrías, o tú mismo las tengas. Las estrías son comunes en el embarazo o cuando alguien entrena en el gimnasio por la razón comentada en el apartado anterior. Cuanto más rápido es el crecimiento muscular o la ganancia de peso, más elevada es la posibilidad y la formación de estrías.

La doble cara de la producción alimentaria actual

La población mundial crece de manera exponencial. Si bien hace unos años éramos unas siete mil millones de personas, ya somos más de ocho mil millones, y subiendo. El salto a de los ocho a los nueve millones será más rápido que de los siete a los ocho, y mucho más que el salto de tres a cuatro mil millones de humanos.

Ese crecimiento exponencial ha hecho necesario modificar los sistemas de producción en la agricultura y ganadería, ya que de otra forma sería imposible alimentar a toda la población de un día para otro. Si cada familia o grupo de personas tuviera su huerto y animales sería diferente, pero siendo realistas, eso no va a suceder.

Por lo tanto, acelerar el crecimiento de aves como los pollos, o generar doble cosecha en la tierra que antes nos daba una, es necesario para la vida. El problema es que no es algo natural y general efectos secundarios como las estrías de las pechugas de pollo.

El bienestar animal y el bienestar del planeta Tierra son los grandes afectados por este cambio radical. Las pechugas de pollo apenas modifican su valor nutricional, aunque sí hay ligeros cambios como un aumento de grasa y una reducción de proteínas, pero no es significativa.

Lo ideal sería, como hemos comentado antes, que cada grupo de personas fuese autosuficiente para generar los frutos de la tierra y la domesticación de animales criados de manera libre. La modificación dietética hacia un menor consumo de carne también ayuda al bienestar animal y la menor contaminación del planeta.

Sin embargo, en un mundo tan global como el actual y con un crecimiento de población que va por minutos, tendremos que aceptar que las pechugas de pollo tengan estrías, cosa que sucede en mucho menor porcentaje en los pollos criados con un crecimiento natural. Ojalá fuese diferente, pero los más de ocho mil millones de habitantes del planeta Tierra y un conflicto de intereses brutal lo hace imposible.

Conclusión final

No vamos a entrar en temas de hacinamiento animal, tratamientos farmacológicos y demás temas por su complejidad a la hora de ser tratados. El objetivo de este artículo es reducir el nivel de alerta generado por algunas publicaciones en los últimos días porque las anomalías no son más que estrías propias del rápido crecimiento animal sin perjuicios para la salud.

Ocurre en el Lidl y en cualquier supermercado porque es propio del sistema de producción general, no propio de ningún supermercado específico. Las pechugas de pollo con estrías pueden estar en la carnicería de la esquina de tu barrio y el mercado que montan los viernes en tu pueblo.

Se pueden consumir sin problema. Otra cosa es profundizar en el método de producción, el bienestar animal, la salud del planeta y si sería viable vivir sin acelerar los procesos de obtención de comida actuales.

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Imágenes | Jesús Pérez (Flickr), Creative Commons (PxHere)

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