Desde hace muchísimos años se nos ha bombardeado con mucha publicidad y marketing para contarnos que lo mejor para desayunar es consumir los famosos "cereales para el desayuno".
Algunas de las razones que se suelen publicar para su consumo es que son "aptos para niños", están enriquecidos con muchísimas vitaminas y minerales, que aportan mucha energía (probablemente uno de los mayores problemas de este tipo de alimentos), etc.
Cuando nos despertamos lo más normal es que desayunemos, y más los niños que, normalmente, suelen tener un apetito mayor por las mañanas. A pesar de que vamos a hablar en este artículo sobre todo de los efectos que tienen en los más pequeños, todos los problemas que ocasionan o pueden ocasionar los cereales se pueden extrapolar a todos los grupos de población.
Aportan mucha energía y contenido calórico
Justamente esto que publicitan como algo positivo, es algo negativo. Los más pequeños no necesitan tantas calorías a lo largo del día y, aunque necesitasen muchas calorías, ya sea porque son muy activos, son muy nerviosos, etc., no necesitan las calorías provenientes de grandes cantidades de azúcar libre como las hay en los desayunos de cereales.
Por otro lado, que haya tanto contenido energético, les hace más proclives a padecer de sobrepeso u obesidad infantil. Además, se ha visto que aquellos niños que tienen un sobrepeso infantil, en la edad adulta tienes más probabilidades de padecer enfermedades cardiovasculares, cáncer, etc.
Tienen muchísimo azúcar y mala matriz alimentaria
Realmente el azúcar en sí misma no es mala. Vamos a poner un ejemplo muy sencillo:
Imaginemos que a lo largo del día dos personas han consumido 100 gramos de azúcar, pero una persona los ha consumido a base de fruta y otro de ultraprocesados.
Obviamente, la persona que ha consumido mucha fruta va a estar protegido ante enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes, etc. Y, por otro lado, la persona que ha consumido los productos procesados ha comprado papeletas para tener esas enfermedades.
Lo que queremos decir es que el alimento no depende únicamente de un nutriente X, sino de su matriz alimentaria, es decir, de todo lo que le rodea.
Pues los cereales del desayuno, además de tener gran cantidad de azúcar, tienen otros nutrientes como las grasas trans, jarabes, etc., que lo único que hacen es perjudicar la salud.
Además, consumir grandes cantidades de azúcar provenientes de ultraprocesados, da lugar a picos de azúcar altos en sangre y mayores probabilidades de padecer trastornos relacionados con el azúcar como la diabetes tipo 2.
No tienen capacidad de saciar
Altas cantidades de azúcar y bajas de fibra son el combo perfecto para que un alimento que sacie poco debido a que pasa rápidamente por el sistema digestivo.
El problema de un alimento que sacia poco, es que el apetito vuelve al poco tiempo de consumirlo, por lo que les hace más proclives a picar entre horas y aumentar mucho el contenido calórico ingerido a lo largo del día y, como se ha comentado anteriormente, puede producir a la larga un sobrepeso u obesidad infantil.
Por ello, si en lugar de darles un tazón de cereales con leche, que aportan mucho contenido calórico y sacia muy poco, les preparamos unas galletas de avena con plátano y fruta, el contenido calórico se verá reducido y estarán mucho más saciados y no tendrán la necesidad de picar entre horas.
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