¿Cuántos años tienes? No, pero no te pregunto por las veces que has soplado las velas de tu cumpleaños, sino los años que tu ADN dice que tienes. Gracias a métodos muy avanzados podemos conocer de manera precisa nuestra edad biológica. Ese dato revela elementos clave del estilo de vida que aceleran o desaceleran el envejecimiento. El nivel educativo es uno de ellos, habiendo sido demostrada la asociación entre un mayor nivel educativo y una menor edad biológica.
La asociación entre el nivel educativo y el envejecimiento
El envejecimiento biológico puede diferir en mayor o menor medida de los años que muestra nuestro Documento Nacional de Identidad. A medida que cumplimos años, se van produciendo una serie de cambios moleculares que van socavando la resiliencia de nuestras células, tejidos y órganos.
La edad del DNI es muy fácil de calcular, pero la edad biológica es algo más compleja. Existen métodos muy avanzados que permiten cuantificar los años biológicos en humanos en base a muestras del ADN. De esta forma se puede medir cómo afectan diferentes aspectos del estilo de vida a la edad biológica.
Una de las asociaciones entre edad biológica ocurre con el nivel de educación de la población. Las personas que completan más años de escolaridad tienden a vivir vidas más largas y saludables que aquellas que tienen niveles bajos de educación.
Lo que dice la ciencia sobre nivel educación y envejecimiento
Un estudio recién publicado se ha basado en toda la investigación anterior sobre esta temática para poder sacar conclusiones claras sobre si es posible que un mayor nivel educativo promueva la longevidad al desacelerar el ritmo de envejecimiento.
Su hallazgo reflejaba que un mayor nivel educativo desaceleraba el envejecimiento mientras que un menor nivel educativo lo aceleraba. Más allá de tener niveles superiores académicos o no tenerlos, esta asociación se explica por ciertas ventajas sociales que pueden tener las personas que estudian con respecto a aquellos que no lo hacen, especialmente en el siglo pasado.
Siendo muy reduccionista, y mirando a la generación pasada, los que no estudiaban se ponían a trabajar en el campo, la construcción o faenas muy físicas que aceleran el proceso de envejecimiento. No era por tanto el estudiar o no hacerlo el que sumaba años a la edad biológica, sino todo lo que rodeaba a esa formación académica.
Las personas con estudios superiores también son más conscientes sobre la salud, en promedio, que las personas que abandonaron sus estudios muy pronto. Hoy en día tenemos en nuestra mano toda la información a un solo clic, pero hasta hace muy poco tiempo no era así, lo que hacía más complejo que las personas sin estudios pudieran leer sobre estilo de vida y salud.
En conclusión, aunque la evidencia científica asocie el nivel educativo con el envejecimiento, lo que afecta a tener más o menos años biológicos de los que muestra nuestro DNI es la educación en salud, no en matemáticas o dibujo técnico. Por lo tanto, los organismos pertinentes deberían tener en cuenta esta conclusión y aplicar que "el conocimiento es poder", modificándolo hacia "el conocimiento es salud".
Imágenes | Universidad de Deusto (Flickr), Sage Ross (Wikimedia Commons), Kampus Production (Pexels)