Ecocidio: la pelota en el tejado del PSOE

Hoy no vamos a entrar en el inabarcable debate sobre cuál habría sido el futuro (hoy, presente) de este país si el PSOE hubiera cumplido siempre con lo que significan sus siglas o recogen sus programas electorales: qué habría sido de los poderes judiciales, de la monarquía, de los plutócratas del Ibex, de la OTAN incluso... de la configuración de este Estado maltrecho desde que Franco murió en su cama y la democracia la trajeron los españoles demócratas, valga la redundancia y como bien puede verse, llorarse y saberse (por fin) en el documental de RTVE La conquista de la democracia, creada por Nicolás Sartorius (“El dictador murió en la cama, pero la dictadura murió en la calle”). Magnífico.

Hoy vamos a Galicia, porque su futuro y el del resto de España se escribe aquí, en la provincia de Lugo, en el municipio de Palas de Rei, donde la Xunta ha dado luz verde al proyecto de instalación y desarrollo de la macrocelulosa portuguesa de Altri y para su consumación, falta que la parte PSOE del Gobierno de coalición dé el visto bueno definitivo (y 250 millones que vienen de Europa, decisivos para la instalación junto a la red eléctrica). La segunda pata del Ejecutivo, Sumar, ya se ha manifestado en contra de la macrocelulosa.

Ya he contado aquí hace meses lo que supone este crimen mediombiental para la provincia lucense y hasta la desembocadura del río Ulla, la Ría de Arousa. Entonces, sin embargo, no sabíamos (aunque intuíamos) que el gobierno gallego de Alfonso Rueda, sucesor de Alberto Núñez Feijóo (hoy, negacionista climático en perfecta sintonía con Vox), iba a dar luz verde al proyecto contaminante. Ahora sí hemos confirmado que tiene el visto bueno de la Xunta, aunque sea en contra de una contundente mayoría social que se ha manifestado abiertamente contra un ecocidio evidente desde hace meses.

La pelota -una vez más- sobre el desarrollo mediambiental de esta España nuestra está en el tejado del PSOE: si el Gobierno de Pedro Sánchez da luz verde a la macrocelulosa de Altri, condena a Galicia a la destrucción de un territorio emblemático, cuyo deterioro irá expandiéndose hasta la Ría de Arousa, donde se vertirán los residuos de la macrocelulosa de marras, pero además, asienta su bendición sobre proyectos depredadores a instalar en toda España que en absoluto corresponden a un Gobierno que se denomina progresista. 

No hay inversión ni puestos de trabajo -que no son tal- que justifique semejante aberración en estos momentos de emergencia climática. ¿Cómo es posible que la Xunta no haya encontrado más proyectos que financiar con fondos europeos que no sean este ecocidio de manual que solo quieren los que sacan tajada de él? ¿Será que se han olvidado (un decir) de hacer políticas que incentiven la productividad sostenible de un pueblo privilegiado? De la inoperancia de la Xunta no tienen la culpa los gallegos/as, por mucho que su conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, diga que el "sí" a Altri se lo dieron al PP las urnas en las autonómicas de 2024 (también pronunció un sonrojante"Ninguén bebe auga do río directamente" en la Cadena Ser), aunque efectivamente, éste sea un aval a costa de muchos y muchas otras gallegas que han salido a la calle. La importancia del voto, dicen; también para el PSOE. #AltriNON