Así lo confirma un reciente estudio en el que se comparó la eficacia del ejercicio como tratamiento en enfermedades como diabetes o problemas cardíacos. En muchos casos, el ejercicio era igual de potente que la medicación.
El estudio revisó gran cantidad de estudios sobre el tema, reuniendo experimentos con personas con enfermedades cardíacas, insuficiencia cardíaca crónica, accidente cerebrovascular y diabetes. Se tomaron estos casos porque también existían estudios que comparaban los beneficios de programas de ejercicio.
En total, se recabaron datos de 305 experimentos, de los cuales la mayoría se centraban en el uso de fármacos, mientras que unos pocos (57) son los que utilizaron el ejercciio como tratamiento.
Analizando los datos, y comparando el riesgo de mortalidad, se comprobó que, en la mayoría de los casos, el uso de medicamentos era igual de bueno que un programa adecuado de ejercicio. Visto de otra manera, podemos decir que hay varias enfermedades en las que el ejercicio puede actuar de forma tan potente como los medicamentos.
Para no llenar este post con más detalles que lo hagan tedioso, os dejo el enlace al artículo original en inglés, en la revista BMJ, y una interpretación en español exponiendo todos los datos.
Para terminar, os dejo una reflexión: si el ejercicio es tan potente ¿por qué no se combina un programa protocolizado de tratamiento con fármacos con un programa protocolizado de ejercicio en este tipo de pacientes?
Sin duda, aprovechar el poder terapéutico del ejercicio cada vez se hace más, pero necesitamos darle la importancia que tiene, tanto a nivel preventivo como a nivel de tratamiento, y usar todo su potencial para mejorar la calidad de vida de las personas con este tipo de enfermedades que responden tan bien al tratamiento con ejercicio.
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Imagen | Tommy Wong
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