Tenemos un problema con los antibióticos: un mal uso de este medicamento y su consumo abusivo está generando que algunas bacterias se hagan resistentes a sus efectos y, por tanto, más difíciles de curar. Por ello, conseguir nuevos antibióticos que se salten esta resistencia son más que necesarios y podríamos estar más cerca de conseguirlos.
Un grupo de investigadores ha publicado los resultados de un ensayo clínico en sus estadios iniciales en el que indican haber desarrollado un nuevo antibiótico que ha demostrado ser efectivo en el tratamiento de infecciones de riñón y de orina. Lo novedoso de este nuevo antibiótico es el sistema que utiliza para terminar con las bacterias.
Se trata de un fármaco creado a base de sideróforos conocido como cediferocol. Los antibióticos actuales tienen problemas para penetrar en la bacteria ya que estas cuentan con un par de membranas que lo dificultan. Además de canales de porina que se adaptan para no dejar pasar al antibiótico. Sin embargo, este nuevo medicamento podría engañar a la bacteria y lo haría a base de hierro.
Las bacterias necesitan hierro para ser capaces de sobrevivir. Nuestro cuerpo, cuando sufrimos una infección, crea un ambiente pobre en hierro como método para combatir a las bacterias y, por tanto, estas aumentan su consumo de hierro y lo aprovechan al máximo. El cediferocol se aprovecha de esta necesidad de las bacterias para atravesar sus barreras.
El cediferocol se une al hierro y de este modo, consigue que sea la propia bacteria la que lo transporte hacía el interior permitiéndole atravesar las membranas protectoras. Así, al más puro estilo caballo de Troya, el antibiótico traspasa las barreras protectoras de la bacterias arrastrado por estas últimas. Una vez en el interior, mata a las bacterias del mismo modo que los demás antibióticos.
El medicamento está todavía en sus primeras fases de ensayo, por lo que es necesario llevar a cabo nuevos ensayos clínicos más completos de modo que se compruebe adecuadamente la efectividad del fármaco. Sin embargo, este parece ser seguro para el consumo. De ser así, podríamos estar más cerca de tener antibióticos que luchen contra la resistencia creada por las bacterias.
Imágenes | Troya, Pixabay