Hace algunos post, Gabriela nos informó de manera excelente sobre la relación entre el sueño y la alimentación.
Ahora en Vitónica hablamos de otra relación, la que se produce entre el sueño y la obesidad. El exceso de peso provoca la conocida como apnea del sueño, que se trata de un trastorno producido durante el sueño en el que se interrumpe de manera completa el conocido como "flujo nasobucal" que provoca que se deje de respirar durante periodos de tiempo, con el riesgo para la salud que eso supone.
Como deciamos, era sabido que la obesidad producía apnea, pero no es tan conocido que la apnea produce un trastorno en el organismo que hace que aumente la obesidad del afectado.
La apnea obstructiva del sueño ya afecta al 10% de la población, de la que al menos la mitad es grave y desconoce que la sufre. En estos casos se llegan a sufrir hasta 20 a 30 paradas por hora y cada una de las paradas puede llegar a durar en torno a los 30 segundos. 30 interminables segundos en los que se deja de absorver oxigeno con el consiguiente daño al organismo.
La obesidad hace que la musculatura que mantiene la vía superior abierta no funcione bien produciendo que las paradas respiratorias se den con mayor frecuencia.
La falta de oxígeno en los periodos de sueño y la carencia de calidad en el mismo, hace que tengan lugar desórdenes metabólicos entre los que se encuentran una alteración de la producción de hormonas encargadas de regular el apetito, como la leptina y la grelina, además de no dejar que el sujeto afectado descanse durante la noche, con lo que su actividad durante el día se ve reducida y por tanto favorece la aparición de sobrepeso.
En definitiva, obesidad y apnea del sueño van de la mano en ambos sentidos atacandose mutuamente convirtiendose en dos enemigos contra los que hay que luchar para mejorar nuestra calidad de vida.
En Vitónica | ¿Comer mejor para dormir bien? o ¿Dormir mejor para comer bien?