El skyr es un derivado lácteo muy en auge en la actualidad. Si bien se lo considera y consume como un yogur, en realidad es un queso fresco del cual hoy te contamos sus propiedades, beneficios y posibles usos en la cocina.
Propiedades del skyr
El skyr es un alimento típico de Islandia pero que se ha extendido a todo el mundo. Se elabora a partir de leche desnatada cuya temperatura se eleva hasta los 100°C para después reducir la misma hasta los 37°C e introducir una porción de skyr de manera de inocular bacterias como lactobacilos y otros que permiten la fermentación.
El líquido del producto resultante se elimina y da lugar a un producto sólido derivado de la fermentación láctea pero con un alto contenido proteico en comparación con un yogur tradicional o una leche fermentada.
Además, el skyr es reducido en hidratos (menos de 5%) y muy pobre en grasas y si bien se consume como un yogur tiene un sabor suave pero más ácido y mayor consistencia.
Por su elaboración, el skyr es fuente de probióticos o microorganismos vivos beneficiosos para la salud como señala un estudio realizado en Islandia.
Beneficios del skyr
Por ser un derivado lácteo reducido en grasas y muy proteico, el skyr resulta un alimento saciante ideal cuando buscamos perder peso controlando nuestro apetito. Asimismo, resulta una buena fuente de calcio para nuestra dieta y una buena opción para quienes intentan reducir las grasas saturadas en su dieta habitual.
Como otros productos lácteos, el skyr resulta un alimento recomendable para la salud de los huesos, beneficiar el sistema cardiometabólico, el digestivo e incluyo el funcionamiento cognitivo como concluye una revisión publicada en 2015.
Por ser un producto fermentado puede ser de mucha utilidad para optimizar la flora intestinal y así, mejorar el sistema inmunitario además del metabólico y digestivo.
Incluso, hay investigaciones que confirman que los alimentos fermentados como el skyr podrían ayudar contra la prevención del cáncer, de enfermedades bacterianas, micosis, diabetes y aterosclerosis.
Cómo usar skyr en la cocina
Como hemos dicho, el skyr se emplea habitualmente como yogur natural o yogur griego a pesar de que se trata de un queso fresco y por lo tanto, también puede emplearse en reemplazo de este último alimento.
Por ejemplo, podemos elaborar unos vasitos de skyr con tartar de aguacate ideal para el aperitivo, un mousse de fresas para el postre o unas saludables galletas de avena para un desayuno.
Todas las recetas que incluyan queso fresco batido o yogur griego pueden llevar perfectamente skyr, un alimento con valiosas propiedades para nuestro organismo.
Imagen | Pixabay y Wikimedia Commons
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